Deriva del prefijo griego αν (an), «no» y la raíz del verbo αρχω (arkho), «jefe». Puede traducirse, pues, por «sin jefe».
Designa una situación política o social en la que ningún individuo ejerce poder coactivo o autoridad alguna, externa o involuntaria, sobre otros.
Las connotaciones de la palabra varían drásticamente según se considere esta ausencia de autoridad: bien como un orden libre deseable, bien como un caos a evitar.
Se refiere a asociaciones auto-organizadas, estables y conscientes, en poder de individuos libremente organizados que se representan a sí mismos. La anarquía no se considera en sí un estadio pasado o futuro sino un modelo o criterio vigente para establecer asociaciones o formas de relaciones humanas directamente organizadas. Históricamente, la tendencia a la anarquía como objetivo político se ha expresado a través del anarquismo.