En una reciente publicación del medio español Confilegal se da a conocer el artículo “¿Favorece la inmigración ilegal el Pacto Mundial para la Migración que suscribe España en Marruecos?”.
Se sostiene que eso es lo que piensan países de la Unión Europea, como Hungría, Bulgaria, Polonia, Eslovaquia, República Checa o Italia, que ya han anunciado que no se subirán a ese tren. Lo mismo que Estados Unidos, Suiza, Australia, Israel o República Dominicana.
En Bélgica, el partido independentista flamenco, N-VA, abandonó las tres carteras que ostentaba en el Gobierno de coalición que lidera el primer ministro Charles Michel, en protesta por la decisión del mandatario de suscribir el Pacto.
A continuación, el texto afirma que todos los países disidentes aducen dos razones principales: una, pérdida de soberanía, porque, aunque es verdad que el Pacto no es jurídicamente vinculante, sí que genera compromisos internacionales; las decisiones pasan a ser tomadas a nivel global, y dos, el documento no distingue entre emigración legal o ilegal. También consideran que produciría un efecto llamada.
La polémica está servida.
El texto recuerda que la idea nació en septiembre de 2016, cuando los países miembros de la ONU se comprometieron a que se elaborara un Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular. Pacto que vio la luz el 13 de julio pasado con el apoyo de todos los estados miembros, por lo que se presentó como un ejemplo del éxito diplomático de la ONU.
Sólo Estados Unidos se desmarcó entonces.
El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, según el secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, es “el primer acuerdo global diseñado para una mejor gestión de la migración internacional en todas sus dimensiones, en beneficio de los estados y comunidades y con los derechos de todos los migrantes al frente”.
Y se suscribirá entre hoy y mañana en la cumbre que se celebra en Marrakech, Marruecos.
IDEAS-FUERZA DEL PACTO
El texto dice que en España -partido, junto con Alemania, impulsor en Europa- donde no se ha producido un debate político a nivel nacional y tampoco se ha considerado necesario hacer una consulta popular, ya han aparecido voces discordantes, como la del catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Sevilla, Francisco José Contreras.
“Las ideas-fuerza del Pacto vienen a ser la inevitabilidad de las migraciones, su carácter benéfico y el reconocimiento implícito de un auténtico derecho de migración”,escribió en su columna ¿Es la inmigración un derecho?, en la publicación digital www.dementia.es.
Y añade: “Europa se ha visto afectada en las últimas décadas por una avalancha de inmigrantes –que no de refugiados- en su mayor parte irregulares. En muchos países se ha seguido una policía de regularizaciones masivas que terminan convalidando la entrada ilegal: se produce así una situación de quiebra asumida de la legalidad que pone en solfa el Estado de derecho y, que a su vez, multiplica el ‘efecto llamada’”.
De acuerdo con el profesor, hay muchas razones para dudar del “optimismo migratorio”que se ha convertido en ideologías oficial de las instituciones transnacionales.
“Se nos vende la fábula de que ‘los que vienen aquí son los mejores, los que tienen títulos. Sin embargo, el Instituto IFO, con sede en Munich, concluyó que el 80 por ciento de los llegados en la gran avalancha ‘siria’ de 2015-2016 ‘no tenían siquiera la formación equivalente a la de un obrero especializado alemán’ y que ‘buen número de ellos son directamente analfabetos’”, afirma.
EL CASO ESPAÑOL
Luego se da cuenta que un informe publicado por el Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) en enero de este año, abunda en esa línea.
“Las supuestas bondades económicas de la emigración no son tales. Las nuevas oleadas de emigrantes son consumidores natos de prestaciones sociales sin que apenas contribuyan a la generación de riqueza”, dice GEES en su estudio El coste de la emigración extranjera en España.
Añade que “la idea de que son necesarios para sostener a una población autóctona que envejece y un sistema de seguridad social camino de la quiebra, no se sostiene con los datos en la mano: A pesar de los millones de emigrantes que España ha acogido en los últimos 15 años, la relación entre afiliados a la seguridad social y pensionistas es en 2017 la más baja de la historia, con apenas 2,2 afiliados por pensionista”.
De hecho, la tasa de paro entre emigrantes duplica, y a veces triplica, la tasa de paro de los españoles.
“No. Los emigrantes no van a pagarnos nuestras pensiones. Pero tampoco deberían acelerar la descomposición de las mismas alimentándose de la generosidad de nuestro estado del bienestar y el acceso gratuito e inmediato a todo servicio público, cual español nacido en España que ha estado contribuyendo durante años para pagarlos”, agrega GEES en su informe.
En España hay un total de 6.025.094 extranjeros, de los cuales el 37,5 por ciento, 2.258.196, proceden de Europa; el 39,8 por ciento, 2.396.825, principalmente de Iberoamérica; 981.513, el 16,3 por ciento, de África; 379.828, el 6,3 por ciento, de Asia; y 422.550, el 7 por ciento, del resto de los países.
Son cifras de población y padrón municipal del 1 de enero de 2017 del Instituto Nacional de Estadística.
Representan el 13 por ciento de una población total de 46.528.966 personas.
Sin embargo, pese a su número, según GEES, aportaron sólo el 3 por ciento de la recaudación del IRPF en 2014 y 2015.
Y consumen “en torno al 50 por ciento a programas de ayuda contra la pobreza [Ingreso Mínimo de Solidaridad, Renta Básica de Inserción, etc] ligados a personas menores de 65 años”.
En la Comunidad de Madrid, los inmigrantes africanos, que representan el 2,5 por ciento de la población, consumen el 34 por ciento de las Ayudas Públicas al Alquiler de Vivienda.
Los iberoamericanos representan el 11 por ciento de la población, consumen el 21 por ciento de las Ayudas.
MULTICULTURALIDAD FRENTE A ASIMILACIÓN
Se cita al profesor Contreras, quien señala que en nuestro tiempo ha desaparecido el imperativo de asimilación, que regía en los años 70, cuando se esperaba que el emigrante asumiese las costumbres y la lengua de la sociedad de acogida.
Ahora se favorece la multiculturalidad. Europa ha perdido esa ascendencia.
En el clima de relativismo que vivimos, ya no se siente con fuerza moral para pedir al inmigrante que renuncie a su identidad.
Eso, el inmigrante, principalmente de origen musulmán, lo ve como una prueba de la decadencia occidental y de la superioridad moral de su cultura.
“Del concepto de ‘asimilación’ se pasará al de ‘integración’, que ‘exige esfuerzos de acomodación a ambas partes: anfitrión y huésped (Malika Sorel) y, de este, al de ‘inserción’, que queda cumplida tan pronto como el inmigrante obtiene papeles y empleo, con independencia de cómo piense y viva. El ideal de la incorporación al ‘nosotros nacional’ fue sustituido por el del calidoscopio multicultural”, escribe.
Algo que ha fallado de forma evidente, afirma, dejando en Europa guetos donde impera la sharia.
CALADERO DE VOTOS PARA PARTIDOS COMO VOX
Por último, se puntualiza que gran parte del éxito de VOX en las pasadas elecciones andaluzas, donde consiguió 12 diputados autonómicos se basó en su discurso contra la inmigración ilegal.
“Hoy en día los emigrantes que vienen a España de forma ilegal tienen ayudas económicas y son tratados mejor que los españoles. Esto no puede ser”, ha declarado repetidas veces el secretario general de esa formación, Javier Ortega-Smith.
“Lo que defendemos nosotros es un control eficaz de las fronteras. Y una ley al estilo australiano: aquel que entre ilegalmente va a ser devuelto de inmediato”.
Para VOX este discurso ha supuesto un fuerte viento de popa para sus pretensiones electorales.
Un viento de popa que la firma de este Pacto Mundial, por parte de España, va a ser más fuerte en un tiempo electoral cercano, muy cercano.