Por: Benjamín Benítez y Diego Pizarro
El individualismo y la apatía cada día son más frecuentes en nuestra sociedad. Sin embargo, en el año 2000 nace Pro Bono Chile que ayuda a que personas de escasos recursos, organizaciones sociales y microempresarios puedan acceder a una asesoría legal, oportuna y de calidad.
Su tarea es tender un puente entre quienes requieren asistencia gratuita y quienes trabajan de forma voluntaria acercando la justicia a las zonas más vulnerables.
¿Cómo se inició el proyecto? ¿Cuáles fueron sus expectativas?
La creación de la Fundación se concretó en el año 2000, y en aquel entonces yo aún no estaba en la Fundación. Pero sí entiendo que la idea se trae de Estados Unidos, porque ahí los abogados deben hacer Pro bono, y traen esta idea acá ante la necesidad de que en Chile solo existía la Corporación Judicial de Asistencia y la Clínica Jurídica Universitaria para el acceso a la justicia de las personas de escasos recursos.
Al comienzo no había abogados, sino que eran todos estudiantes de leyes que de manera voluntaria y gratuita prestaban asistencia jurídica. La expectativa era instaurar la práctica en Chile, que se empezaran a sumar estudios jurídicos y que apoyaran esta iniciativa, porque son ellos quienes deben hacer el trabajo. Nosotros somos el puente, somos los que canalizamos las solicitudes y vemos las que podemos tomar y cuáles no, y luego de esto derivamos a nuestros estudios jurídicos, pero son ellos quienes hacen la labor.
Es súper importante hacer la distinción que Pro Bono es más que gratuidad, que si bien hay sistemas gratuitos como la Corporación Judicial de Asistencia y la Clínica Jurídica Universitaria, Pro Bono es voluntario. Pro Bono es gratis pero lo más importante es que es voluntario.
Uno como abogado puede asesorar por ejemplo a su hermana o primo, esto se podría hacer de manera gratuita porque es mi familiar y siento que tengo que hacerlo casi por obligación porque soy abogado, eso es gratis, no es voluntario. En cambio Pro Bono es voluntario.
¿Cuáles son los objetivos de aquí hacia adelante?
Las necesidades que estamos viendo en la sociedad se relacionan con el tema de los inmigrantes, la verdad es que es un tema que hoy queremos desarrollar, y ya estamos en conversaciones con la Fundación Servicio Jesuita a Migrantes y otras asociaciones.
Es un tema propio de la modernidad, y existen también otras instituciones que están ayudando a la problemática de los inmigrantes.
La colaboración de abogados, jóvenes ya titulados, es de gran ayuda. No sólo por el tema de los inmigrantes, sino también de los refugiados, respecto de lo que no hay mucho conocimiento. La gente desconoce que los refugiados deben arrancar del país porque se van a morir, es un tema de vida o muerte, muere él, muere su familia, mueren sus hijos porque hay guerra. Entonces es importante que en Chile se haga conciencia de la realidad de los refugiados. En nuestro caso, eso significa no solo promover la educación al respecto, sino que también darles representación legal y apoyo una vez que lleguen.
¿Qué planes se deben implementar para asistir alos inmigrantes?
Nosotros somos especialista en el acceso a la justicia y en poder solucionar las problemáticas de las personas u organizaciones sociales. Por ende, no tenemos una opinión referente a los temas, solo tratamos de colaborar, en eso consiste nuestro quehacer.
¿A qué se podría aspirar?
Se podría aspirar a que se puedan juntar estas organizaciones que son especialistas en los inmigrantes y refugiados, de manera que puedan formar una voz que hagan un poco más de peso respecto al cambio de políticas públicas. porque sin duda hay políticas que son deficiente respecto a refugiados e inmigrantes. Por lo tanto, si hay cambios legislativos que hacer, son ellos los llamados a pesquisar cuáles son las mayores trabas y dónde hay que intervenir para desnudar este tema.
¿Cuáles son los requisitos para ser voluntario? ¿Y que les ofrece la Fundación a éstos? ¿Existe alguna regulación?
La Fundación tiene dos tipos de voluntarios, uno son los estudios miembros, departamentos legales, abogados individuales que trabajan fuera de la Fundación con sus oficinas y todo lo necesario, entonces ellos toman un caso a través de nosotros.
Mientras el otro tipo de voluntario es el que se desarrolla dentro, que por lo general son estudiantes de derecho que vienen ayudar a las coordinaciones de área.
Y el punto de corte es que paguen la membrecía tanto los abogados individuales como los estudios jurídicos y por otro lado el voluntario que quiere desarrollar una pasantía por la Fundación debe tener compromiso por 3 meses, dos días a la semana con horarios relativamente fijos.
En el año 2013 incentivaron a diferentes estudiantes de derecho a presentar proyectos para la solución de problemáticas socio jurídicas mediante el voluntariado ¿En qué etapa se encuentran los proyectos del Desafío Pro Bono Chile? ¿Existe la posibilidad de repetir esa experiencia?
Efectivamente el concurso Fundación Pro Bono es un concurso para los estudiantes de Derecho a lo largo de todo Chile.
La Fundación está solo radicada en Chile, por lo tanto no tenemos ojos en otras regiones. A través de este concurso la idea es que los estudiantes puedan pesquisar una necesidad socio jurídica y que postulen sus proyectos con una solución al respecto. Una vez terminada la etapa de postulación nosotros escogemos 3 proyectos ganadores por un jurado. Nuestras bases están publicadas en la web, y la idea que estos grupos que ganan puedan desarrollar su proyecto en 6 meses con el apoyo y trabajo de los abogados del estudio jurídico, que es uno para cada proyecto.
Por ejemplo un proyecto ganador fue el de las “Viudas de los pescadores en el sur”, muy bonito porque ellas tenían muchos problemas ya que no podían postular a subsidio, ni hacer muchas cosas a causa de la desaparición de sus maridos, por ende había que hacer la declaración de muerte presunta. Entonces a través de todo el grupo del proyecto ganador y con un estudio jurídico se encargaron de enseñarles a las mujeres de estos pescadores desaparecidos qué debían hacer, cómo se hacía y explicarles qué documentos debían presentar. Además ellas muy motivadas pudieron ir replicando toda esta información que iban teniendo a las demás mujeres de la costa.
Y de esta manera la idea es que los proyectos puedan perdurar en el tiempo para que sigan siendo un aporte, a pesar de que el proyecto dure 6 meses lo importante es que quede puesta la semilla que van a poder seguir desarrollando.
En algunas universidades han dicho “miren ganaron el proyecto ahora sigamos nosotros con el proyecto y desarróllenlo haciendo esto”. Entonces ha tenido muy buenos frutos.
¿Han pensado en la ampliación de Pro Bono a lo largo de Chile?
Estamos limitados por un tema de recursos. Sin embargo, desde las regiones pueden surgir iniciativas para que Pro Bono amplíe su presencia en otras zonas del país. Nos ha pasado que desde provincia nos dicen “queremos hacer Fundación Pro Bono acá” y nosotros le damos toda la ayuda, les facilitamos los documentos, las fichas, filtros, nosotros le facilitamos todo pero ellos deben levantar la necesidad y tomar la iniciativa, además de ver con qué recursos lo harán.