1. Según su visión, ¿a qué se debe la baja participación electoral en el actual sistema de votaciones voluntarias?
La explicación es multifactorial, pero hay una constante creo y es el descredito y falta de legitimidad del sistema de partidos. La alta votación a favor de independientes, algo inédito en Chile, refleja el rechazo a ese sistema. En pocas palabras, no representa.
La baja participación en todo caso es mayor en los sectores más desposeídos. Me imagino que la explicación es que dichos sectores no sienten que el voto haga nada que los beneficia. Constituye así, una pérdida en la credibilidad de la democracia. Genera desinterés democrático y lejanía de las propuestas de democratización por lo que, finalmente, la apatía de sectores populares termine beneficiando a los sectores de la política tradicional.
2. ¿Ud. cree que el voto obligatorio ayudaría a fomentar la educación cívica?
No. La educación cívica empeoró durante todo el tiempo en que el voto fue obligatorio. No olvidemos que, en el sistema nuestro anterior, que duró más de 20 años, el voto era obligatorio con inscripción. La gente dejó de inscribirse y cuando el sistema pasó a ser voluntario, hubo que salir a buscar votos y eso ayudó a educar.
Sin embargo, lo que más ayuda a educar es luchar por los cambios. Los pueblos que luchan aprenden en días y semanas cuestiones que, de otro modo, pueden tardar décadas.
Dicho lo anterior, me parece que el sistema debe pasar a ser voto obligatorio en el corto plazo, pero con inscripción automática a los 15 años para votar a los 16. Más que por un tema de educación, creo que es importante inculcar el sentido democrático y un espíritu de deber.
3. ¿Cree usted que el voto obligatorio es coherente con las demandas ciudadanas?
Es difícil contestar una pregunta así. Creo que el voto obligatorio no es una demanda ciudadana, pero, al mismo tiempo, es necesario, como decía, inculcar un espíritu de deber en la sociedad. ¿Es coherente demanda con obligación? Creo que preguntar algo así presume varias cosas que no están en el debate e introduce falsas dicotomías.
De partida, si existen demandas es porque hay desacuerdos y carencias que no han sido atendidas y son desoídas por el poder establecido. Hacer la caricatura que esas demandas no fueron atendidas por la elite porque la gente de todas formas es floja e irresponsable, es caricaturesco. Las demandas no fueron atendidas porque la elite es egoísta y punto.
Por otra parte, suponer que el pueblo tiene un sentido innato de exigir sin cumplir deberes y que, por ende, se responde de que, para tener derechos, hay que cumplir deberes y eso ahuyenta o disminuye la demanda, es no conocer al pueblo. Yo llamaría a confiar más en el sentido del deber del pueblo porque luchar también es un deber.
4. ¿Ud. cree que el voto obligatorio afectaría negativamente a la libertad individual? ¿por qué?
Pienso que no son categorías excluyentes. Obligar a una persona a hacer algo no afecta porque si la libertad negativamente. Por otra parte, eso de suponer que en Chile existe libertad, es llevar las cosas a un extremo. ¿Hay libertad en Chile? Yo no diría eso. Hay concentración del poder, concentración de la riqueza, redes de poder en el poder judicial, acción corruptora de las empresas hacia la democracia como el caso de Corpesca, Penta y SQM y todo eso atenta más gravemente en contra de la libertad que la obligatoriedad del voto.
Votar obligatoriamente creo que es una restricción a la libertad clara y conceptualmente, pero no la afecta negativamente por cuanto estimo que un voto es también plantearse el reto de informar y educarse porque la cultura, como decía el gran independentista cubano, José Martí, es el único modo de ser libre.
5. ¿Considera que el voto obligatorio es la mejor respuesta para incentivar la participación política de los ciudadanos?
No. Al menos, estimo que no es la única. La respuesta para incentivar la participación no puede ser obligarla únicamente. No suena bien eso. Por otra parte, participación política no es solo votar.
Pienso que debe consagrarse el derecho a participar en general, de partida. En segundo lugar, deben crearse mecanismos de participación efectiva, sobre todo a nivel local. Los presupuestos participativos son una forma, se podría ampliar. En tercer lugar, mecanismos que acerquen y obliguen al sistema político a rendir cuentas de su quehacer incluso estableciendo la revocación del mandato, que existe en países como Venezuela que acá tanto se crítica.
En cuarto lugar, fortalecer el financiamiento a la política. La demonización a la actividad política y la caricatura aleja a la ciudadanía de la actividad política y su valoración, promoviendo visiones autoritarias de la política.
Por último, mejorando el reconocimiento y valoración de las organizaciones sociales a nivel territorial y de base. La labor de estos dirigentes es muy invisibilizada y es esencial para la participación de la ciudanía.