Muchas personas no tienen porqué saber sobre tecnicismos, teoría política o de Derecho. Pero es una maldad política que muchos parlamentarios y sectores políticos provoquen un mayor nivel de desinformación en la población para persuadirlos con su opción de cara al plebiscito del 26 de abril.
Frases del siguiente tenor: La nueva Constitución prohibirá el derecho a la libertad de culto, permitirá el aborto libre, con la nueva Constitución se terminará la propiedad privada; se derrumbará la economía; es un salto al vacío.
Todos aquellos panfletos no son sino maniobras tendenciosas para manipular a las masas y obtener el apoyo que no tendrían si las personas a quienes van dirigidas estas frases supieran realmente que todo ello es a lo menos, información confusa y maliciosa.
La nueva Constitución es imposible que prohíba la Libertad de culto ya que es una libertad civil fundamental consagrada en múltiples convenciones y tratados internacionales de Derechos Humanos, al igual que la propiedad privada; y, según experiencia comparada como es el caso de Italia, Irlanda, Ecuador, Brasil o España, países que obtuvieron una nueva carta política mediante Convención Constituyente (Asamblea) -parafraseando a Daniel Goya León- no estuvieron asociadas a periodos de desaceleración económica, por el contrario, el nuevo orden político vino asociado a legitimidad y estabilidad a sus sistemas institucionales y políticos favoreciendo el crecimiento.
Es importante que el proceso de propaganda frente al proceso plebiscitario en Chile se realice con razonamiento crítico, discusiones de buena fe; evitar la desinformación mañosa. Entregar a quienes lo necesitan, los conocimientos legales para que este periodo se desarrolle de manera pacífica y democrática. En suma, lograr que en el voto se manifieste una voluntad real de las personas en la papeleta en abril de este año.
Esta etapa que enfrenta el país es única en su historia y por el bien del país y nuestra sociedad, debe legislarse como pilar base los Derechos Humanos y conocimientos científicamente afianzados en la experiencia reciente constitucional.
Eduardo Salazar Ríos.
Estudiante de Derecho.