Estamos frente a un periodo difícil, que como hemos escuchado mucho “nadie estaba preparado para esto”, ni nacional, ni mundialmente. Este golpe como lo hemos notado, llega mas fuerte a unos más que a otros, pero ¿tenemos un rol fundamental como sociedad frente a los más golpeados?
Hace 4 días empezaron nuevas protestas en el gran Santiago, con diferentes puntos de enfrentamiento, donde el gran título de éstas, ya no era queremos un Chile digno, sino algo tan básico como “la gente tiene hambre”.
Muchos sienten y creen que tiene una superioridad moral frente a las personas que en nuestro punto de vista están erradas, pero ¿podemos llegar a ser tan egoísta en estos tiempos que nos ha afectado a todos, y poner en duda la hambruna de las familias y personas? Lamentablemente hemos constatado que efectivamente ha aflorado el egoísmo y el desprecio por el otro de forma muy evidente.
El otro día vi una frase en Instagram que la encontré muy llamativa y cierta “la pobreza se
escondía en cómodas cuotas”, o sea, queda en evidencia que es cierto.
Mi motivación como estudiante universitaria para redactar esta carta, no fue nada mas que dar mi opinión crítica sobre el egoísmo, la poca solidaridad y falta de empatía que se observa a diario en nuestro país.
Frente a estas nuevas protestas que llevan por nombre “hambre“, se han hecho muchas campañas en redes sociales para poder ayudar a las personas que lo necesitan, ha sido muy masivo y generalizado, pero me quiero detener específicamente en las personas que han criticado esto.
Chile es un país considerablemente desigual, donde hubo un estallido social cuya motivación principal fue este estado de permanente injusticia y desigualdad, lo cual se manifiesta hoy día en el hecho de que las personas en estos momentos se les dificulta el simple hecho de poder “comprar pan o comprar un simple remedio para el dolor de cabeza”.
A pesar de lo intolerable de nuestra situación como país, aún hay personas que tratan la situación de precariedad económica con desprecio e indolencia, con una soberbia y arrogancia marcada en su egoísmo. Si se protesta es porque no se escuchó por la autoridad cuando hubo masivas manifestaciones de rechazo al estado actual de nuestro modelo de desarrollo, y hoy existe una real situación de desesperación por nuestros seres más queridos.
Así, se escuchan críticas infundadas como que “ la cuarentena empezó hace 4 días y ya tienen hambre, raro”. Unas de las comunas más afectadas con todo esto fue la comuna de El Bosque, la cual está desde el mes de abril en cuarentena, al igual que La Pintana, como lo dijo su Alcaldesa, el 80% de sus habitantes debe trabajar al día para “poder parar la olla”.
También se ha comparado las comunas que han salido a protestar por la situación de hambruna con otras partes que han estado mucho tiempo en cuarentena y que no han protestado, ¿pero es el mismo índice de pobreza?. Así la mayoría de las personas que vemos criticando la protesta social, son de un clase social más acomodada, o aquellos de capas medias que no se identifican con los más desposeídos, claramente estos casos para ellos son aislados.
Pero hay algo más que me ha marco profundamente, fue que esas personas que critican al que protesta por falta de alimento, predican una religión, específicamente la Católica, y aunque sin irme a lo específico, según la Oficina Central de Estadísticas de la Iglesia Católica, en Chile son aproximadamente 13.602.000 quienes se declaran católicos. ¿Se predica pero no se practica? ( sin desmerecer a personas que realmente lo sienten y lo viven día a día). Donde queda Marcos 12:31 “ ama a tu prójimo como a ti mismo”, frases tan lindas y solidarias que no se llevan a cabo por un egoísmo en tiempos excepcionales.
Personalmente si hay algo que me ha llevado a no predicar una religión, es el hecho de tener que ser consecuente día a día con lo que práctico y propugno. Una tarea muy difícil, donde veo día a día y me deja mas en claro que el profesar hoy una religión sea cual sea, eso si es populismo.
Quiénes son aquellos que se creen con el poder para intentar desmentir a aquellos que no tienen dinero para poder comprarse algo tan simple como el pan. Acaso se creen superiores para sentirse con el derecho a criticar porque el otro pasa hambre, en vez de poder realizar una mínima ayuda humanitaria de solidaridad frente al sufrimiento de muchas familias que esta dejando esta pandemia en Chile.
Cómo algo tan básico, el disponer de alimentos, hoy es un drama para miles de personas, sus familias e hijos. Dejemos de mirarnos el ombligo, infórmese, informémonos. Se nos ha tratado de ocultar siempre la realidad, donde aquí juegan un rol fundamental los medios de comunicación, y muchos siguen creyendo que Chile vive con un arcoíris generalizado y no es así. En vez de acaparamiento que no ayuda en nada hoy en día, ayudemos a solucionar este problema, gran problema, que, si no lo frenamos entre todos, se va a convertir en un caos en unas semanas más.
Sofía Veloso Cancino.
Estudiante derecho, Universidad Andrés Bello.