La prohibición de reelección parlamentaria podría resultar contraproducente y dañina para nuestra democracia, aumentando así la mala percepción que muchos tienen acerca de la actual actividad parlamentaria.

Parece una exageración entender que la posibilidad de reelección sea un “derecho adquirido” de los diputados o senadores que asumieron sus funciones bajo esas reglas.

Llama la atención, pero el mismo Estado federal que durante el siglo XIX diezmó a la población nativa (…) es el mismo que ha llegado a tener uno de los estatutos más modernos y eficaces del mundo para integrar al desarrollo a la población originaria, respetando sus culturas.

La oportunidad que se presenta mediante un ajuste en la Constitución, es enorme. Abrir el debate sobre la jerarquía de cada fuente en relación a la Constitución y su incorporación se presenta como una necesidad.