Lo que llama la atención a todas las personas que ven la situación de Venezuela, principalmente comienza con una interrogante: ¿cómo el país con las mayores reservas de petróleo, gas y oro del mundo está atravesando una crisis humanitaria, política y social sin precedente en el continente americano y en el mundo siendo un país con tantas riquezas? Es obvio que no está en guerra, al menos convencional.
Recientemente ha habido una falla eléctrica a nivel nacional que mantiene a mujeres embarazadas, ancianos, niños, enfermos y población en general sin dicho suministro por más de 72 horas, lo que ha llegado a ser de importancia no solo para estar comunicados internamente sino además con sus familiares en el extranjero exiliados. El suministro eléctrico se ha convertido en algo vital. En los centros de salud hasta el momento, desde noviembre de 2018 hasta febrero de 2019, han fallecido 69 personas al no poder contar con la electricidad para los equipos correspondientes, así los informó el Boletín de la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) 2019 de la ONG Médicos Por la Salud.
Por otro lado, el diputado José Manuel Olivares informó por los medios de comunicación digitales que, a causa del apagón del mes en curso van 18 fallecidos en los centros de salud venezolanos, aunque el ministro ilegitimo de la Defensa General Vladimir Padrino López salió en cadena nacional diciendo que “no hay nada que reportar”.
Mientras esto sucede, Maduro y sus cómplices lo único que hacen es culpar a la oposición y a los Estados Unidos de sabotaje eléctrico. Es preciso recordar que en febrero de 2013 en el Noticiero Venevisión los trabajadores de la Hidroeléctrica el Guri hicieron un llamado al gobierno nacional para que tomara acciones en 8 plantas de generación eléctrica que estaban fuera de servicio por falta de mantenimiento y que esto a futuro podría generar fallas a nivel nacional, lo que nunca tuvo respuesta y ya se ven los resultados. Es necesario acotar que desde hace un año la planta eléctrica se encuentra custodiada por las Fuerzas Armadas y aun así, los estadounidenses y la oposición extrañamente accedieron a ella según los socialistas de Maduro.
En cuanto a la escases de alimentos y medicinas en Venezuela, que también Maduro lo atribuye a lo que denomina guerra y/o bloqueo económico de los Estados Unidos, lo cual hay que aclarar que son confiscaciones de bienes y congelación de cuentas bancarias de los altos funcionarios del gobierno socialista, impuesto en Venezuela que se aleja de ser un bloqueo de la productividad interna de insumos médicos y alimentos; por cierto, estas sanciones llevan apenas meses y la crisis años por lo que ese argumento de los socialistas no concuerda con los espacios de tiempo.
No se puede olvidar que las expropiaciones de los centrales azucareros, plantas procesadoras de arroz, tierras de producción agrícola, cementeras, Café Madrid, Lácteos los Andes, los puertos, Aeropostal, Owens Illinois, el gas, hoteles Hilton, Hipermercados Éxito y supermercados Cada, Molinos Nacionales (Monaca), Agroisleña, Movilnet, Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (CANTV) etc; están en manos del régimen socialista no de la Casa Blanca, por otro lado cabe destacar que tampoco administra el Pentágono el Metro de Caracas, las Siderúrgicas y la Corporación Eléctrica (CORPOELEC) denominada para quienes tiene dudas acerca de la ideología política que atenta contra los venezolanos “Empresa Eléctrica Socialista”, ideología que a diario denigra y quebranta el bienestar del venezolano, ideología que durante veinte años ha costado miles de vidas de la población y millones de exiliados.
Por otro lado, PDVSA, Banco de Venezuela, la minería y demás instituciones y principales empresas de producción nacional al igual que todas las tierras de producción agrícola son administradas única y exclusivamente por los socialistas no por el gobierno de los Estados Unidos, es Maduro bajo directrices cubanas quien tiene el control absoluto de ellas. Se ha puesto en práctica de manera textual el socialismo en Venezuela imponiendo el gobierno su obtención de los medios de producción para que estos estén en manos del pueblo y se ejerza la dictadura del proletariado.
El hecho de que no haya tierras productivas para abastecer la demanda nacional de alimentos se debe a que después de las expropiaciones de estas tierras, les fueron entregadas a los adeptos del socialismo quienes no continuaron la producción. Los pocos que por iniciativa propia se mantuvieron en sus actividades agrícolas privadas valga repetir, a quienes les expropiaron las tierras y se les sustituyó el Título de Propiedad por una Carta Agraria Socialista, que luego en sus experimentos fallidos pasó a ser el Título de Adjudicación de Tierras en el que se deja constancia que habrá un pisatario en la tierra pero estas son del Estado, se les puso impedimentos para continuar con sus actividades.
La principal empresa de insumos agrícolas Agroisleña que pasó a ser Agropatria no vendía la totalidad de productos e insumos que se requerían para la producción y esta bajó; también hubo un descenso en la cantidad de producción agrícola por las invasiones de tierras de personas adeptas al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), por lo que muchos productores independientes dejaron las actividades agrarias.
Hay que sumarle a esto el control cambiario que no permitía la compra de divisas libremente sino bajo criterios del gobierno y de acuerdo a las cantidades que él decidiera vender al productor para importar directamente los insumos agrícolas. Se encontraron estos con que las cantidades obtenidas no eran suficientes para satisfacer la demanda.
Por otro lado, la importación pasó a ser con el gobierno como intermediario y para poder obtener el producto en las aduanas los agentes aduaneros para hacer la entrega exigían al productor comisiones. El problema no termina ahí; una vez pasadas todas esas hazañas, ya al cosechar las siembras y lista para transportar con la documentación requerida, la Guardia Nacional (GN) pedía “colaboración” en las alcabalas del territorio nacional para darle paso a los alimentos o, en caso contrario, detenían la mercancía.
El último obstáculo para el productor eran los precios regulados; si una persona invertía por ejemplo diez millones de bolívares para la siembra, la regulación de precios del gobierno le exigía venderla en seis o siete millones, lo que llevaba al productor a la quiebra; he ahí el desabastecimiento alimenticio que aplica no sólo para las siembras sino además para la venta de carne de ganado vacuno y otros, también para la venta de productos lácteos aplicaba y aplica la regulación de precios por debajo del costo de inversión, es decir que el productor y/o vendedor cada vez que invertía tenía pérdidas, lo que los llevó a la quiebra y las tierras que el gobierno expropió y están en manos de los socialistas que no producen. Es por ello que no hay con que abastecer alimentos en Venezuela.
Hay que hacer un poco de memoria para recordar que antes de las medidas tomadas Chávez importaba absolutamente todos los alimentos que se consumían en Venezuela y se vendían en los supermercados públicos, llegando a hacer trueques de “caraotas” (porotos negros) con Nicaragua a cambio de petróleo, o la compra de carne de ganado vacuno con Brasil siendo Venezuela exportador de ella, y así en lo sucesivo, comenzó la caída del productor agrario y se vieron con estos trueques las primeras quiebras de estos productores que no podían competir en precios con el Gobierno (separándolo del Estado como un todo). Para ahondar más sobre el tema como referencia se deja el blog del columnista. Ver: (Publicación del 1 de diciembre de 2018 http://abogadocolina.simplesite.com/428458727?overview=1).
En cuanto a la medicina, los laboratorios farmacéuticos en Venezuela debido a la instabilidad jurídica, política y social en su gran mayoría se han ido del país, otros han sido expropiados y se encuentran improductivos en manos del gobierno y no precisamente de Trump. La última expropiación fue la de SM Pharma, lo que se traduce en la continuidad de destrucción de la producción de medicinas.
Haciendo un análisis de lógica, si el gobierno de Maduro tiene en sus manos todas las tierras para sembrar, debería haber alimentos en todo el país, si tiene en sus manos grandes cadenas de abastos y supermercados, deberían vender alimentos hechos por el socialismo, si las cementeras, PDVSA, las siderúrgicas, los centrales azucareros etc. están en manos de ellos, deberían contrarrestar la guerra económica al producir y garantizar bienes y servicios como: el cemento, el combustible, la electricidad, el azúcar etc, pero no hay absolutamente nada en Venezuela de lo antes mencionado.
La realidad es que la entrada del dinero proveniente del petróleo y del oro no se han utilizado debidamente, es por ello que no se ha invertido en lo que se debe producir en el país y los altos funcionarios socialistas tienen grandes mansiones, cuentas bancarias y autos de lujos en Venezuela y en varios países capitalistas del mundo, y sus familiares disfrutan recorriendo los lugares más exóticos de planeta mientras el pueblo sufre las consecuencias.
No se puede ocultar la realidad que padecen millones de personas sumergidas en la miseria, el hambre, la inseguridad y sin poder contar con servicios básicos como el eléctrico; es inaceptable tanta mentira y pretensión de tratar de justificar y minimizar que el gobierno de Maduro como sucesor de Chávez y este de Fidel Castro tengan a un país con tatos recursos sumergido en la miseria y culpando a otros gobiernos de sus practicas fracasadas.
Los pocos socialistas que tienen dignidad se avergüenzan del desastre que tiene Maduro en Venezuela y alegan que eso no es socialismo, hay que hacerles entender que, (eso es socialismo) reconocido por Rusia y Cuba como tal, es un sistema que no ha funcionado y no funcionará ya que su utopía perfeccionista se aleja de la realidad y lo que predican es contrario a lo que hacen, no hay un socialista que no use un teléfono de marca, unos zapatos hechos por fábricas capitalistas, los equipos de fútbol que tanto les gustan son de grandes empresarios, las películas de Hollywood que ven en el cine y en la tv, son made in el imperio, todos los electrodomésticos de sus casas son de grandes marcas de empresas capitalistas, incluso, la Coca Cola también es una bebida gaseosa estadounidense; en fin, “la dictadura del proletariado” en su afán por disminuir las desigualdades sociales presentes en los sistemas liberales se convierten en excesos y abusos desmedidos imponiendo bajo cualquier medio la ideología marxista.
Lo más cumbre de todo es que los gobiernos que están a favor del pueblo soberano de Venezuela reciben constantes ataques y descalificaciones, mientras que el tirano de Maduro baila la gente muere, mientras el socialismo en estos momentos tiene pasando calamidades a todo un país, los socialistas bien alimentados y bien vestidos dirigen sus discursos en contra de quienes buscan medios para solventar la crisis en Venezuela; ven en los Estados Unidos un intervencionista y aprovechador de las riquezas de Venezuela mientras que ven en Rusia, China y Cuba y sus 20 años saqueando a Venezuela unos aliados de la tiranía opresora ejemplos a seguir.
Ni la incursión militar rusa en Crimea, la invasión de Bahía de Cochinos fue un atentado contra la soberanía de Cuba, pero la fallida invasión de cubanos en Machurucuto era un acto heroico; es así el socialismo de contradictorio, opresor y negativo para los pueblos.
Los venezolanos en su condición soberana solicitan apoyo internacional para el derrocamiento de la tiranía socialista por cualquier medio, y que cese de una vez por todas la usurpación, el abuso de poder y las calamidades que padecen bajo la premisa de un mundo mejor y soberanía plena. Sería bueno saber las estadísticas de los socialistas apasionados que cada mes salen de la comodidad capitalista en la que viven y se mudan a Venezuela, Cuba o Corea del Norte en busca de vivir socialismo en carne propia, en la práctica, no en la teoría utópica de libros y disfrutando de los placeres y privilegios que solo en libertad pueden tener. Es fácil decir que vivir en socialismo es bueno viéndolo de lejos, teniendo todos los días que comer, contar con buenos servicios públicos, poder ir donde uno quiera, teniendo la libertad de opinar en contra del sistema.
Todos los socialistas quieren vivir en socialismo y criticar el sistema liberal desde las comodidades de sus casas en los países capitalistas, pero no se atreven a ser parte de estos sistema tan anhelados en los países donde existen estos regímenes. (Santiago, 13 marzo 2019)