“El fin Justifica los medios” diría Napoleón en los comentarios que realizaba al libro “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo. El Emperador estaría muy feliz en el mundo actual porque parece ser que este principio está más vigente que nunca.
Miremos por ejemplo el ya histórico encuentro entre el Presidente de Estados Unidos Sr. Trump y el del Presidente de Corea del Norte Sr. Kim, ¿cómo se logra sentar al Presidente de una de las potencias más importantes del mundo, que además tiene el eslogan de América Primero, con un país tercer mundista, pobre, que es gobernado por una dinastía autoritaria, en que se violan los derechos humanos sistemáticamente, según reportes internacionales? Fácil, el medio es convertirse en potencia nuclear y amenazar con destruir el planeta.
¿Ustedes imaginan a Trump sentándose en la misma mesa para llegar a algún acuerdo humanitario y de cooperación, con Burundi, ¿República democrática del Congo, Liberia, Níger, Mozambique? que están dentro de los países más pobres del mundo, en que el hambre es el único capital que tienen. Ninguna posibilidad. Entonces claramente el fin justificó los medios.
Veamos ahora nuestro país, Chile. En otra escala, por cierto, pero el fondo es similar. Tenemos un fin en el cual todos estaremos de acuerdo, la igualación de derechos de la mujer con el hombre, es un mínimo principio de igualdad jurídica y de transformación cultural, esto último es lo más importante, normalmente lo primero sigue a lo segundo. Ahora bien, veamos los medios que se están utilizando. Más de 18 Universidades y Colegios están o han estado en toma por este fin. Entonces una acción violenta que vulnera el derecho humano básico de estudiar, a los que quieren, es el medio para conseguir algo que la gran mayoría del país está de acuerdo y que bastaría conversar estos temas en las distintas instancias que ofrece la Universidad y los Colegios para que se llegue rápidamente a un consenso.
Más extraño resultan las tomas en escuelas de Derecho, donde lo que debe primar es la búsqueda de la justicia e igualdad de derechos por medio de métodos pacíficos. Una de las razones de estudiar derecho es justamente lograr mediante argumentos racionales, diálogo, negociación que a una situación injusta se le ponga fin. Pero nuevamente vemos que el fin justifica los medios.
Lo que está en el fondo de esto es que se ha separado la política de la ética, es como separar la conciencia y el cuerpo. El poder se busca por el poder, las más de las veces personal y no ligado a un fin comunitario, si la actividad política se ejerciera con ética nunca un fin justificaría los medios. Mal ejemplo estamos dando a las futuras generaciones del planeta. (Santiago, 28 junio 2018)
Rafael Rosell
Decano Facultad de Derecho y Gobierno U. San Sebastián