Artículos de Opinión

Ética, privacidad y gestión de la información en tiempos complejos.

El fulgurante crecimiento de la 'app' de Zoom para videoconferencias durante la cuarentena pone de manifiesto numerosos problemas de seguridad y privacidad.

La intimidad y la vida privada son derechos naturales que han de ser celosamente respetados con garantías legales suficientes. Lo cual no significa como señalaría Blásquez, que se trate de un derecho absoluto sin limitaciones. La regla de oro para para todos aquellos que gestionan información y actualmente todo tipo de contenidos en diversas plataformas o aplicaciones es no apartarse jamás del auténtico bien público.

El fulgurante crecimiento de la ‘app’ de Zoom para videoconferencias durante la cuarentena pone de manifiesto numerosos problemas de seguridad y privacidad. Una investigación de The New York Times reveló el pasado jueves que la aplicación contaba con una función de minería de datos, nada más iniciar la sesión, que unía automáticamente los nombres de los usuarios y las direcciones de correo con los perfiles de LinkedIn. Daba igual que durante la llamada alguien utilizara un pseudónimo u optara por el anonimato. Si un usuario activaba el servicio LinkedIn Sales Navigator, podía acceder a los perfiles de esta red social de otros participantes en la videollamada al dar un click en un icono junto a sus nombres. El CEO de la compañía, Eric S. Yuan   admitió que, aunque han estado trabajando "las 24 horas del día" para confrontar la afluencia de nuevos usuarios, el servicio "no cumplió con las expectativas de privacidad y seguridad de la comunidad, y ha anunciado que durante los próximos 90 días congelará este tipo de opciones para corregirlas y revertir los problemas de seguridad y privacidad detectados. Mucho tiempo para tan grande abuso a todos y cada uno de los usuarios.

Frente a esto que también llevó a intromisión en videollamadas ajenas, enlaces públicos de las salas y una configuración predeterminada para el intercambio de archivos que permite enviar malware, los usuarios ante la necesidad de comunicarse e interactuar siguen siendo presas del uso de sus datos. Una acumulación excesiva de vulnerabilidades para el éxito de la aplicación que se ha popularizado durante esta crisis gracias a la llegada a marchas forzadas del teletrabajo o home office y es que en América faltan mayores pautas y políticas de privacidad y protección de datos personales como las de la Comisión Europea, el grupo de interés en aspectos éticos y sociales de los datos de la Research Data Alliance o el framework ético de la ciencia de los datos del gobierno de Reino Unido por citar algunas.

Vivimos, en un fenómeno cultural actual denominado el indiferentismo ético -en palabras de Soria- hechos como el analizado es la absolutización del mercado de las comunicaciones, que tiene como ley fundamental la ganancia de dinero a cualquier precio. Esto lo ha llevado a un mercantilismo economizado en el que ya no hay lugar para la ética. Al parecer el Ceo  de la compañía focalizada en los usuarios hizo caso omiso a las lecciones de factor humano y la estrecha relación que hay entre la ética personal y profesional/empresarial  porque ambas están en la misma línea de continuidad y juntas conforman la unidad personal. (Santiago, 22 abril 2020)

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