La cuenta presidencial tiene su origen en la Constitución de 1828 que al tratar de los deberes del Presidente de la República estableció que debía “dar anualmente al Congreso, luego que abra sus sesiones, razón del estado de la Nación en todas las ramas del Gobierno”. La Carta de 1833 nada reguló sobre el particular. Sin embargo, todos los presidentes concurrieron al lugar donde funcionaba el Congreso y rindieron su cuenta, con la sola excepción de 1838 en que no sesionó el Congreso. Incluso, en una primera época, los parlamentarios acostumbraban dar respuesta. Esta tradición fue institucionalizada en la Carta de 1925 precisándose la oportunidad –el 21 de mayo- y que ella se rendiría ante el Congreso Pleno. La Constitución de 1980, si bien impuso el aludido deber presidencial, fue reformada en 2005 para establecer que esa practica política debía cumplirse el 21 de mayo y ante el Congreso.
La iniciativa propone reemplazar ese día por el 20 de mayo de cada año, para evitar que coincidan “dos fechas importantes de naturaleza totalmente diversa”. Lo relevante para un país –se dice en la parte expositiva de la moción- es que su máxima autoridad rinda cuenta pública ante el Congreso Nacional para “responder de los compromisos que ha asumido ante la Nación, haciendo una evaluación de su gestión”, y precise las “orientaciones o medidas que adoptará en el futuro”, lo que debe tener “una amplia cobertura porque esas definiciones terminan influyendo en la marcha del país y sus habitantes”. Sin embargo, añade la moción, “ese mismo día se escribe una de las páginas más heroicas y gloriosas de nuestra historia cuando un 21 de mayo de 1879 en el combate naval de Iquique, Prats y sus hombres cambiaron el curso de la guerra entregando su vida por la patria en una batalla desigual”, pero ocurre que paradojalmente “esta gesta heroica ocupa un lugar secundario de la atención pública y el merecido tributo que deben rendirle las autoridades de la Nación”. Ese maravilloso legado hoy “lamentablemente es reemplazado por el debate político”. Por ello “la rendición de cuenta a la nación perfectamente puede cambiar de día. La gesta heroica de Prats y sus hombres no”.
Se recuerda que “en el pasado la rendición de cuentas a la nación coincidía con la apertura del Período Ordinario de sesiones. Sin embargo, la reforma constitucional de 2005 eliminó la distinción entre periodo de legislatura ordinario y extraordinario, transformando ambos periodos en uno solo y continuado que se denomina “Periodo de Legislatura”. Nada obsta entonces para que a hechos de naturaleza distinta se les de el realce que les corresponde y se fije el día 20 de mayo para la rendición de cuenta ante el Congreso Pleno en un día hábil y la gesta del 21 de Mayo se mantenga como feriado.
Quienes se oponen a esta iniciativa plantean que más que proponer reformas a la Constitución los objetivos que se persiguen podrían ser cumplidos con una adecuada organización horaria, como por lo demás ocurrió por décadas reservando la mañana para la conmemoración y la tarde a la cuenta.
Vea texto íntegro de la Moción.