Artículos de Opinión

COVID-19: hacia una nueva Prosémica y Kinésica.

Con la situación sanitaria generada por el COVID-19, existe la necesidad urgente de una educación de los espacios y de la comunicación del cuerpo, en este caso el saludo sin contacto.

Es cierto, somos eminentemente gregarios; es decir, vivimos en comunidad, donde nos gusta estar en grupo y en compañía. Sin embargo, asumo que todos habrán, en más de una oportunidad, experimentado dos situaciones que si bien culturalmente conocidas, no por ello menos incómodas e incluso quizás equivocadas.

La primera, la tensa sensación de la pérdida de privacidad en el ambiente público y privado. Ese momento donde el/la otro rompe, sin autorización y de mutuo propio, la frontera implícita y explícita de la interacción entre sujetos, entrando en el territorio de la extrema cercanía. En una fila del supermercado, en el lugar de trabajo, en una actividad o en una festividad. La segunda, el saludo táctil; ese que considera el beso en la mejilla, el abrazo y el apretón de manos. Es decir, la prosémica y la kinésica.

Hoy, con la situación sanitaria generada por el COVID-19, estas materias se vuelven central en el próximo escenario post-crisis: la necesidad urgente de una educación de los espacios y de la comunicación del cuerpo, en este caso el saludo sin contacto. En efecto, el estudio de la Universidad Harvard, que anticipa un escenario posible de una reemergencia del virus durante los próximos cuatro años, adelanta que el distanciamiento social deberá ser una conducta necesaria hasta 2024. Así, no solo el control de los espacios; sino que, además, la forma en que nos saludaremos deben ser reeducados.   

Por un lado, la proxémica, desarrollada como disciplina de estudio por Edward Hall, establece la definición de los espacios como una determinación básica en la interacción de los grupos sociales, enunciando cuatro distancias: intima (15 a 45 cm), personal (46 a 120 cm), Social (360 cm) y Pública (más allá de los 360 cm). Por el otro, la kinésica, propuesta por Ray Birdwhitstell, apunta al estudio del lenguaje corporal para una comunicación no-verbal y donde la posición y postura del cuerpo, como sucede en el acto del saludo entre otras manifestaciones, denota y transmite información. Por ejemplo, la conocida reverencia japonesa, donde implícitamente se transmite un reconocimiento jerárquico dependiendo de su inclinación: eshaku (15°) para alguien que tiene la misma condición; keirei (30°) frente a otro jerárquicamente superior y saikeirei (45°) cuando se debe pedir disculpas por un error u omisión. En todas estás, el contacto no es necesario e incluso en Asia en general la práctica del toqueteo en el saludo no es bien visto. Así, no ha sido extraño que la OMS hubiera recomendado la practicar del saludo japonés, como también el saludo  Namaste de India o el Wai de Tailandia.  

Hoy, el presente y el futuro próximo se orientan a una modificación en estas materias: la distancia social y el saludo. Según Europa habrá que establecer un nuevo protocolo si se desea reabrir el sector del turismo. Al mismo tiempo, cuando esto sea factible de realizar, cuando se requiera ir al supermercado, a la feria o de compras, también demandará un procedimiento exhaustivo de control y distanciamiento. Los viajes largos, en medios de transporte masivos (aviones, buses y trenes) deberán ser regulados con nuevas normativas.  

Lo que queda claro, es que algunas de las costumbres propias (correctas o incorrectas) latinoamericanas y chilenas, tanto en la proximidad, como en el saludo, deberán organizarse en una nueva realidad: distancia social efectiva y contacto seguro. (Santiago, 1 de mayo 2020)

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