Artículos de Opinión

Reorganización Ministerial.

Las exigencias actuales sobre catástrofes (cambio climático, terremotos y otros), hace que sea indispensable una estructuración y coordinación del sistema nacional de emergencia.

Se ha vuelto a hablar en círculos políticos sobre la conveniencia de extraer desde el Ministerio del Interior la función de la Seguridad Pública para entregarla en una secretaría de estado distinta. Como es sabido, esta opción se discutió en la tramitación de la actual ley Nº 20.502 que creó el Ministerio del Interior y Seguridad Pública. Al final, se decidió mantener en la cartera de Interior la labor de mantención del orden público.

El estado actual de cosas es producto de una extensa tradición histórica, ya que desde los albores de la República dicha función quedó a cargo del Ministerio de Interior. Las circunstancias actuales debido a la crisis político-social de octubre pasado han reabierto el debate acaecido hace casi una década.

Tomando en cuenta muchas ideas que circulan en el ambiente político, se puede ensayar una propuesta en líneas generales:

1).- Se crea un Ministerio de la Seguridad Pública, que contenga la subsecretaría de Prevención del Delito. Dentro del nuevo ministerio quedarían también Carabineros de Chile, Policía de Investigaciones, Gendarmería de Chile y la Agencia Nacional de Inteligencia, además de todo otro servicio o entidad relacionada al sector.

Este cambio traerá consecuencias varias, por ejemplo, en el caso de Gendarmería de Chile, actualmente en el Ministerio de Justicia. En primer lugar, se deberá determinar si integrará al concepto de “Fuerzas de Orden y Seguridad Pública”, bajo la triada prevención-investigación-resguardo. También, se debe determinar si es o no incluida a la norma constitucional y cuál será la jerarquía normativa de su ley orgánica. Por último, deberá establecerse cómo quedará el vínculo que posee actualmente con otros órganos del Estado.

Otro punto a ver es la inclusión de las nuevas entidades como la Agencia Nacional de Ciberseguridad, de cual se habló por un tiempo de su creación, que sería factible establecer en este nuevo ministerio.

2).- Se debe decidir si queda dentro de este nuevo Ministerio la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI) o la entidad que la reemplace. Creo de suyo importante debatir este punto y que este servicio se radique en este nuevo ministerio, debido a que en sus labores deberá coordinarse especialmente con las Fuerzas de Orden y Seguridad, sin perjuicio de su colaboración con las Fuerzas Armadas.

Por otra parte, las exigencias actuales sobre catástrofes (cambio climático, terremotos y otros), hace que sea indispensable una estructuración y coordinación del sistema nacional de emergencia.

3).- Como complementario a los dos números anteriores, debemos insistir en el reordenamiento y actualización de todas las normas relativas a Estados de Excepción Constitucional, para evitar los errores que se han hecho patentes en este último tiempo.

4).- Reconfiguración del Ministerio del Interior, quedando dentro de él la subsecretaría del Interior y la de Desarrollo Regional, más la coordinación con las diversas intendencias y gobernaciones. Puede que este cambio sea beneficioso si consideramos que en pocos años se pondrá en marcha la reforma a los Gobiernos Regionales, lo que hará más compleja la labor entre el nivel central y las regiones.

También, se puede postular la supresión del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, debido a que su labor quedaría dentro del Ministerio del Interior, siendo el ministro el jefe de Gabinete que actuaría como coordinador de las demás carteras.

Podría pensarse lo mismo con la Secretaría General de Gobierno, para coordinar especialmente lo relativo a las vocerías del gobierno, ya que hoy en día existen, a lo menos, dos voces en el gobierno: interior, como jefe de gabinete y secretaría general del gobierno, como portavoz del conjunto.

5).- Por último, creo indispensable que junto con la escisión de la seguridad pública a un ministerio aparte, se refuerce la labor del Ministerio del Interior con las adiciones anteriores, ya que con esta reconfiguración corre el riesgo de transformarse en una cartera intrascendente, quedando gran parte del poder en el nuevo Ministerio de Seguridad Pública.

De ser así, con el tiempo es probable que el Ministro del Interior se transforme efectivamente en un jefe de Gobierno, tomando el sistema cierto rasgo parlamentario. Por cierto, también se haría necesario el cambio de nombre a, por ejemplo, “Ministerio de Gobierno”, o bien, “Ministerio de Gobierno Interior”.

Como se observa a simple vista, estas sólo son propuestas generales que si se implementan en cualquier fórmula significarán no sólo cambios normativos, sino también organizacionales, de cultura funcionaria que tardará su tiempo en asentarse. (Santiago, 23 enero 2020)

 

 

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