El Reino Unido ha anunciado, a través de su Ministros de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, la suspensión inmediata y por una duración indeterminada del tratado de extradición con Hong Kong. La decisión comunicada deviene como reacción a la imposición por el Gobierno de China, de una Ley de Seguridad en la Región Administrativa, bajo fundamento que su aplicación cambia considerablemente su sistema judicial.
Cabe recordar que, Hong Kong es una ex colonia británica, que fue devuelta a China en 1997, pero antes de ello, ambas naciones firmaron un acuerdo que pretendía introducir en “un país, dos sistemas”. Así, celebraron la Declaración Conjunta Sino-Británica (The Joint Declaration). En ella se acordaron varios asuntos relacionados con la soberanía, por ejemplo: el sistema económico capitalista de Hong Kong continuaría; conservaría, igualmente, su sistema legal y fronteras; mantendría el reconocimiento y protección de derechos fundamentales como la libertad de reunión, de expresión y libertad de prensa.
A mayor abundamiento, la nueva Ley de Seguridad para Hong Kong, introduce nuevos crímenes con severas condenas, incluso cadena perpetua, y permite que agentes continentales operen en Hong Kong con impunidad. De la misma manera, castiga las actividades separatistas “terroristas”, la subversión y las injerencias extranjeras en el territorio autónomo de China. Gran Bretaña alega que esta nueva legislación otorga a Beijing poderes más amplios que los acordados en la Declaración Conjunta, incumpliendo obligaciones internacionales, al intentar moldear la vida en este territorio más allá de su ordenamiento jurídico.
Por su parte, el tratado de extradición que se encontraba vigente, permitía que si una persona que se encuentra en Hong Kong es sospechoso de un crimen en el Reino Unido, las autoridades británicas puedan solicitar a la ex colonia la “entrega” del sujeto para iniciar el proceso necesario en su contra y viceversa. Sin embargo, se teme que, con la nueva Ley de Seguridad, se incumpla este acuerdo, y cualquier persona extraditada a Hong Kong sea realmente enviada a China.
Además, el Ministro Raab, confirmó que el Gobierno Británico extendió a Hong Kong el embargo que aplica a China de armas potencialmente mortales desde 1989, por lo que se paralizan las exportaciones de armamento, sus componentes o municiones, como armas de fuego, granadas de humo y grilletes a la región asiática. El embargo también refiere a todo equipo que no esté ya prohibido en China, pero que podría ser utilizado para la represión interna.
Vea texto íntegro de la Declaración Conjunta Sino-Británica (inglés), del Tratado de Extradición (inglés) y documento consultivo sobre la implementación de asuntos de seguridad nacional en Hong Kong de 2002.
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