Las comunidades Vicente Reinahuel y Juan Painepe Dos, de la zona de Trafún, cerca de Liquiñe en la comuna de Panguipulli mantienen una reivindicación de tierras desde el año 2011, en dicha zona, por existir según consignan, un título de merced otorgado a finales del siglo XIX pero de forma fraudulenta. El terreno abarcaría una superficie total de 13.000 hectáreas, las que tras pasar por diversos propietarios, actualmente se encontraría en el dominio de la Sociedad Agrícola Las Vertientes.
Junto con lo anterior, indica Juan Reinahuel, miembro de una de las comunidades al Diario de Panguipulli, que, durante el mes de abril del año 2015, las comunidades interesadas en dicha reivindicación instalaron en el lugar un rewel o sitio ceremonial sagrado, el que fue un mes después retirado por fuerzas especiales de Carabineros, quienes destruyeron la instalación. Agrega el comunero que en el año 2017 realizaron la misma acción, recibiendo la misma respuesta por parte de carabineros en el año 2018 y que terminó con un fallo de la Corte Suprema Rol Ingreso N° 9021-2018, que reconoció el derecho de dichas organizaciones ancestrales a celebrar sus cultos de acuerdo a sus creencias.
Desde septiembre del año 2019, las comunidades volvieron a instalar en dicho lugar su espacio de culto ancestral, pues también se explicitó por parte del referido comunero, que existe también un espacio que se encuentra cerrado para su acceso, el denominado pewengentu, que es el camino hacia la cordillera que tiene como destinación final la recolección de piñones, frutos especialmente importantes no sólo en lo sagrado sino que además respecto a la economía y alimentación que ha permanecido en su cultura por generaciones.
A propósito de la usurpación de tierras que reclaman como propias de su dominio comunitario, Reinahuel señaló que el despojo se habría originado en el año 1892, fecha en la cual una persona llamada Dionisio Vio, habría comprado el sector de Coñaripe, que incluye a la zona de Trafún, a una persona de apellido Aucapan. Sin embargo, relata el comunero que tras realizar consultas a los miembros más longevos de su comunidad, ninguno de ellos reconoce la existencia de personas que hubiesen tenido tales apellidos, razón por la cual cuestiona la veracidad de la venta de tales terrenos en esa época.
En la actualidad, indica el medio ya referido, en palabras del comunero que se encuentran a la espera de una respuesta por parte de la CONADI, tras haber realizado una apertura de un expediente de reclamación de tierras.
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