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Participación electoral: ¿Mantener sistema de votaciones voluntarias o volver al voto obligatorio?

Según datos del Servicio Electoral (Servel) en las elecciones celebradas el pasado 15 y 16 de mayo de 2021 participó un 43,35% de los ciudadanos habilitados para sufragar. Una cifra aún más baja se registró en las últimas elecciones de gobernadores, donde menos del 20% del padrón votó. Las cifras reveladas motivaron la discusión en torno a la participación ciudadana en este tipo de instancias. Es así como se encuentra en discusión el proyecto de ley que busca modificar el artículo 15 de la Constitución, que define la forma en que se realizarán las votaciones populares, pasando del sistema de votaciones voluntarios a uno obligatorio.

1. Según su visión, ¿a qué se debe la baja participación electoral en el actual sistema de votaciones voluntarias?

La explicación es multifactorial, pero hay una constante creo y es el descredito y falta de legitimidad del sistema de partidos. La alta votación a favor de independientes, algo inédito en Chile, refleja el rechazo a ese sistema. En pocas palabras, no representa.

La baja participación en todo caso es mayor en los sectores más desposeídos. Me imagino que la explicación es que dichos sectores no sienten que el voto haga nada que los beneficia. Constituye así, una pérdida en la credibilidad de la democracia. Genera desinterés democrático y lejanía de las propuestas de democratización por lo que, finalmente, la apatía de sectores populares termine beneficiando a los sectores de la política tradicional.

 

2. ¿Ud. cree que el voto obligatorio ayudaría a fomentar la educación cívica?

No. La educación cívica empeoró durante todo el tiempo en que el voto fue obligatorio. No olvidemos que, en el sistema nuestro anterior, que duró más de 20 años, el voto era obligatorio con inscripción. La gente dejó de inscribirse y cuando el sistema pasó a ser voluntario, hubo que salir a buscar votos y eso ayudó a educar.

Sin embargo, lo que más ayuda a educar es luchar por los cambios. Los pueblos que luchan aprenden en días y semanas cuestiones que, de otro modo, pueden tardar décadas.

Dicho lo anterior, me parece que el sistema debe pasar a ser voto obligatorio en el corto plazo, pero con inscripción automática a los 15 años para votar a los 16. Más que por un tema de educación, creo que es importante inculcar el sentido democrático y un espíritu de deber.

 

3. ¿Cree usted que el voto obligatorio es coherente con las demandas ciudadanas?

Es difícil contestar una pregunta así. Creo que el voto obligatorio no es una demanda ciudadana, pero, al mismo tiempo, es necesario, como decía, inculcar un espíritu de deber en la sociedad. ¿Es coherente demanda con obligación? Creo que preguntar algo así presume varias cosas que no están en el debate e introduce falsas dicotomías.

De partida, si existen demandas es porque hay desacuerdos y carencias que no han sido atendidas y son desoídas por el poder establecido. Hacer la caricatura que esas demandas no fueron atendidas por la elite porque la gente de todas formas es floja e irresponsable, es caricaturesco. Las demandas no fueron atendidas porque la elite es egoísta y punto.

Por otra parte, suponer que el pueblo tiene un sentido innato de exigir sin cumplir deberes y que, por ende, se responde de que, para tener derechos, hay que cumplir deberes y eso ahuyenta o disminuye la demanda, es no conocer al pueblo. Yo llamaría a confiar más en el sentido del deber del pueblo porque luchar también es un deber.

 

4. ¿Ud. cree que el voto obligatorio afectaría negativamente a la libertad individual? ¿por qué?

Pienso que no son categorías excluyentes. Obligar a una persona a hacer algo no afecta porque si la libertad negativamente. Por otra parte, eso de suponer que en Chile existe libertad, es llevar las cosas a un extremo. ¿Hay libertad en Chile? Yo no diría eso. Hay concentración del poder, concentración de la riqueza, redes de poder en el poder judicial, acción corruptora de las empresas hacia la democracia como el caso de Corpesca, Penta y SQM y todo eso atenta más gravemente en contra de la libertad que la obligatoriedad del voto.

Votar obligatoriamente creo que es una restricción a la libertad clara y conceptualmente, pero no la afecta negativamente por cuanto estimo que un voto es también plantearse el reto de informar y educarse porque la cultura, como decía el gran independentista cubano, José Martí, es el único modo de ser libre.

 

5. ¿Considera que el voto obligatorio es la mejor respuesta para incentivar la participación política de los ciudadanos?

No. Al menos, estimo que no es la única. La respuesta para incentivar la participación no puede ser obligarla únicamente. No suena bien eso. Por otra parte, participación política no es solo votar.

Pienso que debe consagrarse el derecho a participar en general, de partida. En segundo lugar, deben crearse mecanismos de participación efectiva, sobre todo a nivel local. Los presupuestos participativos son una forma, se podría ampliar. En tercer lugar, mecanismos que acerquen y obliguen al sistema político a rendir cuentas de su quehacer incluso estableciendo la revocación del mandato, que existe en países como Venezuela que acá tanto se crítica.

En cuarto lugar, fortalecer el financiamiento a la política. La demonización a la actividad política y la caricatura aleja a la ciudadanía de la actividad política y su valoración, promoviendo visiones autoritarias de la política.

Por último, mejorando el reconocimiento y valoración de las organizaciones sociales a nivel territorial y de base. La labor de estos dirigentes es muy invisibilizada y es esencial para la participación de la ciudanía.

1. Según su visión, ¿a qué se debe la baja participación electoral en el actual sistema de votaciones voluntarias?

Explicar la baja participación electoral por el sistema de votaciones voluntarias, como factor único, es un error. Los cambios que ha experimentado nuestra sociedad en términos culturales, el descrédito de la política y de las instituciones, la crisis de los partidos, la desafección generalizada por la educación cívica, por nombrar algunas ideas, explican en su conjunto el comportamiento electoral que vemos en la actualidad, específicamente los resultados que vimos en las últimas elecciones.

 

2. ¿Ud. cree que el voto obligatorio ayudaría a fomentar la educación cívica?

La educación cívica tiene una relevancia transversal, claramente podría fomentar la participación, ya que muchas personas desconocen por qué se vota, de qué tratan los cargos, entre otras cosas. Sin embargo, creo que es fundamental entender que a veces esto también puede jugar en contra.

Una persona puede creer que ningún candidato la representa y, por ende, no desea votar y no votará en las elecciones. Esto es algo que se repite en muchas personas, algo de lo que no podremos escapar; independiente de qué tan informados estén los jóvenes e independiente de que hayan tenido educación cívica.

 

3. ¿Cree usted que el voto obligatorio es coherente con las demandas ciudadanas?

La sociedad chilena actual es más heterogénea, fragmentada y crítica, lo que se traduce en que las personas son dueños de cada una de sus decisiones y lo saben. Y en ese contexto, el voto voluntario es el sistema electoral más adecuado, no podemos obligar a las personas a participar, ellas deciden qué es lo que quieren hacer.

 

4. ¿Ud. cree que el voto obligatorio afectaría negativamente a la libertad individual? ¿por qué?

El voto obligatorio aumenta el poder del Estado minimizando la voluntad de los ciudadanos, incluso cuando se opta por la abstención como un camino legítimo de expresión.

La naturaleza del Estado de derecho se sustenta principalmente en la coerción para condicionar o limitar el comportamiento de los individuos. Por eso es importante que el ámbito de acción del Estado sea tan amplio como sea necesario, pero que en ningún caso termine afectando las libertades de las personas para decidir en democracia, lo que básicamente sucedería si se aprueba el voto obligatorio.

 

5. ¿Considera que el voto obligatorio es la mejor respuesta para incentivar la participación política de los ciudadanos?

El voto obligatorio no es la mejor respuesta. Esto sólo hará que las personas no tengan libertad en lo que respecta a su decisión de participación.

Por otra parte, en el actual proyecto no hay una sanción asociada, un sistema de voto voluntario u obligatorio no presenta mayores diferencias en términos de sus consecuencias y en términos electorales. Asimismo, es contradictorio impulsar esta reforma a tan pocos meses de varios procesos electorales, donde la calculadora electoral impide analizar con objetividad el debate de fondo.

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