Por Francisca Rubio, Antonia Mercado y Catalina Acuña.

En días recientes Diario Constitucional realizó una entrevista al abogado Juan Pablo Hermosilla, quien además es director de la Fundación para la Confianza, organización sin fines de lucro que lucha contra el abuso sexual infantil.
Conoceremos cuál es la importancia de la imprescriptibilidad de los delitos sexuales a menores, por qué se demoró tanto poner este tema sobre la mesa y  la implicancia en la sociedad actual.

¿Cuál es la importancia de la imprescriptibilidad de los abusos sexuales a menores?

En mi opinión a lo menos dos importancias, una teórica y una práctica. La teórica tiene que ver con preguntarse “¿por qué hay que dejar que estos delitos se prescriban?”, se va a beneficiar al que comete el delito. El imputado tiene que ser presumido inocente mientras no sea condenado, tiene que tener derecho a abogado. Desde el punto de vista práctico desde que trabajo en esta área, yo diría que la mayor parte de las personas que buscan asesoría legal clamando abusos infantiles, describen una situación que ya está prescrita y eso tiene que ver con una cuestión que es práctica pero muy importante.
Es tan feroz el daño del abuso sexual infantil, es tan devastador que la curva que tiene que dar una persona desde que es abusada hasta el punto en que viene a golpearle la puerta a un abogado para ver si puede iniciar acciones legales o no, hace que pasen muchos años. En resumen al único que beneficia la prescripción es al responsable, ¿por qué vamos a beneficiar a esta persona?

¿Cuál es la razón por la que ha tomado tanto tiempo poner este tema sobre la mesa?

Yo creo que esto viene de toda la vida, de nuestra cultura, desde que somos República se han cometido abusos sexuales infantiles. Los seres humanos no vemos todo lo que ocurre y hay cosas que escogemos no ver, esto está en la base de la estructura patriarcal que está haciendo crisis en estos momentos, los hombres ejercemos nuestra sexualidad y lo hacemos sin límites.
En el Caso Karadima, nos fuimos en contra de la Iglesia, y en ese tiempo tenía un 80% de aprobación, se negó todo pero mis clientes siguieron, se acreditaron los abusos y al final el problema era la cultura de encubrimiento; Karadima podía abusar porque sabía que no le iba a pasar nada. Hoy esto lo reconoce el Papa, que dentro de la Iglesia hay cultura de abuso y de encubrimiento. Esto está en la base de lo patriarcal, el Dios Padre, los sacerdotes.
 

¿Cuál es la implicancia que tiene esta crisis en la sociedad actual?

Creo que es maravillosa, todo lo que es protección de los derechos. Si queremos tener una sociedad con menos violencia tenemos que educar a los niños también, tenemos que protegerlos, gran parte de los abusadores fueron abusados. De aquí se abren dos caminos, el abusado se convierte en una víctima que va a pelear contra esto o se vuelve abusador.
El daño que produce esta crisis es muy fuerte, imagínense en el caso de un adulto que sea violado, una vez, es fuertísimo, ahora imagínense que esa mujer tuviese 5 años en vez de 25 y fuese abusada por una persona cercana durante cinco años reiteradas veces, entonces el daño es estructural y hace que la víctima no pueda comprender la magnitud de los hechos.

¿Por qué la moción presentada por la Comisión de la infancia, en el año 2010 no tuvo el peso necesario en ese entonces?

Hay tiempo para todas estas cosas, en Chile el 2010 partió el Caso Karadima. Los tiempos han cambiado mucho y hoy estamos avanzado más en lo que es el sueño de toda persona que tenga el corazón bien puesto, que haya menos vulneración de derechos sobre los sectores más débiles, y estos son históricamente mujeres y los niños. 

¿En qué medida han afectado los casos de Ambar o Sophie en la promulgación de la ley?

Mucho, a mí me gusta la teoría comunicacional y sigo atentamente los escándalos porque desde el punto de vista sociológico uno usa como un parámetro la profundidad del cambio para ver si hay escándalo o no. Como yo soy más viejo tengo una perspectiva más larga que ustedes, tengo recuerdos que en los diarios aparecían cosas chicas sobre situaciones de menores abusados o muertos y no enganchaba, los tiempos eran distintos.
Creo que en este último tiempo, esta sucesión de escándalos se van alineando con los abusos sexuales en la iglesia, abusos dentro de la familia, además con el maltrato de género, con el tema del SENAME, se apoyan los escándalos y estos son un parámetro para hacer un cambio moral. Se está produciendo además un cambio cultural.

¿Cuánto tiempo más cree que se va a demorar en concretar esta legislación que protege a los niños y niñas?

Depende del poder Ejecutivo porque tiene la velocidad de estos trámites legislativos, entiendo que está con urgencia simple, esto tiene que salir en un plazo máximo de un mes. Yo creo que se va a aprobar y a diferencia de algunos casos, sería un escándalo que no salga rápido porque se ha producido un debate abierto y todavía nadie ha podido argumentar porqué hay que prescribir estos delitos. No se produce impunidad por el transcurso del tiempo.

¿Cuál es el rol que adopta la Fundación para la Confianza?

El sentido de la Fundación es apoyar a personas vulneradas en su infancia y ha funcionado muy bien. Se reciben decenas de casos a la semana, los protocolos que se han desarrollado en la Fundación han sido muy exitosos, por ejemplo, no hay que apurar a las personas sino que hay que escucharlas. Nos preocupamos de dos cosas, de otorgarles salud mental (se les proveen psicólogos, psiquiatras) y se les acompaña con asesoría legal también. El ayudar a personas que están en este estado de daño y verlas salir adelante es muy emocionante, salen adelante no desde la rabia ni del odio sino que se recupera y se ordena para superar lo que les pasó.

Vea texto íntegro de la moción, discusión y análisis