Entrevista

Poder Judicial y Derechos Humanos.

Entrevista al Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vásquez Plaza.

En causas de Derechos Humanos la cooperación que uno esperaba de las Fuerzas Armadas siguió siendo casi nula.

13 de junio de 2017

Por Romina Martiniello y Valentina Alfaro.

En días recientes, DiarioConstitucional.cl entrevistó al actual presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vásquez Plaza, quien se refirió a las actividades que este órgano despliega, cómo se logra la optimización de su funcionamiento, sobre su perfil, sus desafíos profesionales y su opinión con respecto a las causas de derechos humanos.

 

¿Cómo debería optimizarse el funcionamiento de la Corte Apelaciones de Santiago?

 

El tema es complejo porque yo he estado en cortes de provincia, pero el volumen de trabajo en Santiago es muy distinto, es un problema de  personas adecuadas para este cargo. Los jueces nos deberíamos dedicar a ver temas jurisdiccionales y  no de gestión. Creo que esta Corte es la que tiene la peor infraestructura del país, por tradición, falta modernización y para eso se requiere del personal idóneo y los fondos necesarios para una gestión más moderna. Esta Corte no puede seguir creciendo, porque hay 34 ministros y con esa cantidad es imposible tener criterios adecuados que en Cortes más reducidas sí se pueden otorgar. La Corte de Apelaciones de Santiago debería estar dividida  en dos o tres según territorio.

 

Hoy la tecnología está presente en todos los ámbitos de la sociedad y también ha llegado al Poder Judicial. ¿Qué fortalezas y debilidades encuentra en este aspecto?

 

Si bien la tecnología ya había entrado hace varios años, fundamentalmente a contar de diciembre del año pasado entró  todo lo que es la tramitación electrónica propiamente tal y la firma digital avanzada, cuestiones que eran absolutamente ajenas a nuestro conocimiento. Antes era todo manual, entonces esta mochila  cuesta sacársela de encima y cambiar a digital, pero la fortaleza es que claramente es un sistema más rápido y seguro, e impide, muy claramente, la corrupción, ya que a veces en algunos expedientes sacaban copias o los destruían. En cambio, ahora queda todo registrado, lo que constituye una fortaleza que va a apuntar a una más rápida y sobre todo transparente administración de justicia.

 

¿A ustedes los capacitan para la utilización de la tecnología?

 

Ese es el punto, nosotros hemos tenido capacitaciones, pero muy mínimas. Aquellos Ministros que ya habían incursionado en los digital, por decisión personal, han tenido un aprendizaje más rápido. No es fácil cambiar de lo análogo a lo digital.
Además, se requiere gente técnica que sea capaz de ayudar cuando se les necesite, ya que las plantas del personal no contemplaban a digitadores o expertos en computación que formen parte de la ayuda diaria que uno pueda tener. Lo ideal sería que exista una persona para cada una de las 12 salas, porque se generan inconvenientes que son tecnológicos, que ninguno de nosotros está capacitado para resolver.

 

¿Pero a usted le acomoda más el sistema antiguo o moderno?

 

Lo moderno claramente, aunque, por ejemplo, la revisión de una carpeta era más simple. Esto es como una mochila porque haber trabajado con el mismo sistema 30 años significa que ahora es necesario tener ciertas destrezas que no todos  tenemos.

 

¿Considera que el Estado debería invertir en más ciencia y tecnología para las políticas públicas?

 

Sí, creo que debe invertir. A esta altura la tecnología es un gran apoyo, uno antes tenía que buscar libros y libros junto con datos de otras personas. Pero debería invertir en tecnología de modo que uno pudiera tener acceso rápido a información que antiguamente se podía demorar semanas o meses en obtener. Entonces el Estado debería proporcionar no solo los medios tecnológicos, sino de  personal capacitado, para que se haga más efectivo ese uso, porque a veces uno no puede, porque no sabe buscar información.

 

El año 2012 usted fue nombrado Ministro en Visita para la investigación de causas por violaciones a los Derechos Humanos. ¿Cuál es su visión con respecto a este tema?

 

Efectivamente empecé a trabajar el año 2012. Creo que primero debo hacer un reconocimiento a los Ministros que actuaron antes que yo, porque en el momento en que fui nombrado se había avanzado, la época conflictiva ya había sido superada. Entonces nuestro trabajo se hizo desde el punto de vista del desarrollo de la investigación sin inconvenientes. No obstante, la cooperación que uno esperaba de las Fuerzas Armadas siguió siendo casi nula, de manera que la  investigación era complicada, pero es un tema que se trasladó al Poder Judicial desde la parte política porque claramente aquí hay temas de orden político que no se solucionan por la vía judicial. Para el Poder Judicial estamos conscientes que es la única manera de dar respuesta a mucha gente que sufrió violaciones de derechos humanos desde el año 1973 en adelante.

 

¿Se ha logrado avanzar en materia de esclarecimiento y aplicación de sanciones frente a estos hechos en Chile?

 

Si, en definitiva las pruebas, aunque sea tarde, aparecen y en casi todos los hechos emblemáticos ya se terminaron las investigaciones y en muchas de ellas se han dictado fallos donde se deja claramente establecida la secuencia de los mismos y la responsabilidad; lo importante es que los hechos que se establecieron son contundentes. Desafortunadamente estas causas se han demorado mucho más de lo que es esperable. No deberían tardarse más de 10 años, pero algunas han demorado 20 años o quizás más por la escasa colaboración que hubo por parte de las Fuerzas Armadas en proporcionar antecedentes de importancia. Otra variable ha sido  el cambio de los Ministros a cargo de la investigación.  Por ejemplo,  en el caso mío, una causa de 40 tomos, o sea estamos hablando de diez mil hojas había que empezarla de cero, estudiando,  no solamente una causa sino que muchas.

 

¿Cuáles son sus desafíos pendientes?

 

El tiempo de la presidencia dura un año y hay cosas que claramente en un principio podía tener la idea de alcanzar a solucionar, pero siempre van a quedar desafíos, porque es muy grande esta Corte, o sea los problemas son tremendos.  Mi mayor anhelo, está difícil, porque en la resolución de los conflictos uno siempre le va a dar la razón a una de las dos partes y por supuesto el que pierde nunca va a estar contento con lo que se resuelve. Quizás el mayor anhelo, es que el día de mañana exista un reconocimiento respecto de que si alguien perdió fue porque la otra persona tenía la razón y no porque le dieron la razón porque era amigo de alguien o tenía algún “pituto”. Pero yo creo que es una responsabilidad de los abogados el reconocer que hay causas que desde un inicio son perdidas y otras que se ganan no por una relación con alguien, sino porque se tenía la razón y era lo justo. Hay que tratar de que cada día las sentencias que uno dicte sean mejores y con mayor conocimiento, que por lo menos quienes la lean queden contentos, los que ganen y los que pierdan.

 

 

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