Por: Camila Abarza y Emilia Vega
El fortalecimiento al sistema de salud es una preocupación permanente en los chilenos. Así lo confirma la última encuesta Adimark -abril 2017- donde un 73% desaprueba la forma en que el actual Gobierno maneja este tema.
DiarioConstitucional.cl entrevistó a Sebastián Pavlovic, Superintendente de Salud del Gobierno de Chile. Esta institución está encargada de ejercer la supervigilancia y el control del Fondo Nacional de Salud (Fonasa), por medio de la Intendencia de Fondos y Seguros Previsionales de Salud. La Superintendencia requiere de los prestadores públicos y privados, los archivos médicos y todo lo necesario para solucionar los reclamos tanto de los benefactores como de los afiliados de la organización fiscalizada.
1- A raíz de sus declaraciones al asumir el cargo: “El sistema público tiene que prepararse para acoger a millones de cotizantes nuevos y al mismo tiempo satisfacer las demandas y expectativas de los millones que ya atiende”. ¿Cree que el sistema público actual está preparado para recibir a cotizantes que dejen el sistema privado?
El gran desafío del sistema de salud público, tiene que ver con la satisfacción de los usuarios. Lo que dicen las encuestas, en general, es que hay una percepción de confianza mediocre en cuanto al trato, la atención y el acceso a la salud; se dice que esos aspectos dependen de la capacidad de pago y, sin duda, son temas que deben ser abordados por el sistema.
El sistema público se está haciendo cargo de la salud de casi el 80% de los chilenos. En ese sentido, yo creo que el principal desafío que dice relación al futuro, básicamente por el envejecimiento de la población. Ello definitivamente es un problema serio, para el cual probablemente el sistema no está todavía bien preparado en función de las necesidades de salud del adulto mayor, y sus mejores condiciones de salud. Probablemente ahí existe un tema en el cual estemos llegando un poco tarde.
2- ¿Cómo explica las ganancias de las Isapres según sus informes 2016, a pesar de la tasa de desafiliados que se registra hoy?
En la cartera del sistema hay mucha rotación, y tiene mucho que ver con los ciclos económicos. En general las utilidades de las Isapres están determinadas por una serie de factores. Por un lado, la mayor cantidad de cotizantes; por otro lado, el mayor aporte de afiliados por sus cotizaciones obligatorias o voluntarias. Muchas veces las obligatorias dependen del aumento de las remuneraciones. Adicionalmente tenemos el alza de las primas, ya sea por el alza anual que efectúan las Isapres, como el ejemplo del año pasado, cuando el nuevo decreto de la Garantía Explícita de Salud (GES) generó un aumento de utilidades a partir del segundo semestre del 2016.
3- Teniendo en cuenta la baja de judicialización en cuanto a las alzas en los planes de salud por el “ajuste cero” de cuatro Isapres en los últimos años. ¿No debería ser un proceso que adopten la mayoría de estos prestadores?
Sin duda sería una muy buena noticia para los afiliados. Lo que hemos planteado es que tenemos un problema regulatorio de fondo, los cuestionamientos y la incapacidad que han tenido las Isapres para justificar el ejercicio de esta facultad.
Lo que se ha planteado en las propuestas regulatorias, implica generar un mecanismo que sea objetivo, transparente y no unilateral. Incorporar los posibles aumentos de costos a la tarificación y permitir una adecuación de los precios. Nadie puede negar que, a través del tiempo, nuestros sistemas de salud gastan más e incorporan nuevos gastos, pero esto ocurre porque existen gastos adicionales que están fuera del control de los seguros: el envejecimiento de la población y la incorporación racional de nuevas tecnologías. Sin embargo, hay otros gastos que no están asociados a aspectos incontrolables: la capacidad que tienen los seguros de obtener los mejores precios con los prestadores y de generar los incentivos adecuados para que éstos, se sumen a esta lógica de contención de costos.
4- ¿En qué se diferenciaría el sistema actual de Isapres y Fonasa, al sistema que se propone?
Las propuestas que se han hecho hablan de generar un plan común, un fondo de compensación de riesgo entre sistemas y terminar con la declaración de salud. Hay que avanzar a un modelo de aseguramiento universal, que podría ser con un esquema de multiseguros, públicos y privados en competencia. O de un sistema púbico al cual estén todos afiliados, y que el sector privado actúe como seguro de segundo piso o de reaseguramiento.
Esta discusión no está para nada resuelta en Chile. Tenemos un sistema mixto, y es probable que siga siendo mixto por un buen tiempo. Se hace necesario que los actores del sistema público y privado se alineen en ciertas lógicas que tienen que ver con objetivos sanitarios de salud pública y de hacer un sistema más eficiente.
Hoy en el sistema dual tenemos ineficiencias importantes. Hay una sensación de vulnerabilidad desde los usuarios de ambos sub sistemas, de falta de seguridad respecto de cuál es la capacidad de respuesta que va a tener el sistema de salud para hacerse cargo de un evento como la enfermedad.
5- En cuanto a la reforma de salud y al proyecto de ley de Isapres, considerando el panorama actual, ¿Cuál es la proyección? ¿Habrá tiempo suficiente durante este Gobierno?
La Ministra de Salud ha planteado que el desafío es presentar un proyecto de ley antes que termine el gobierno. Obviamente va a ser un tema que quede como desafío para el próximo gobierno.
A nosotros todavía nos quedan diez meses, sin embargo, hay que asumir que podríamos haber hecho más cosas. El esfuerzo que me hubiera gustado ver coronado tiene que ver con lo que trabajamos como Superintendencia, generar un proyecto de ley para reforma a la Isapre.
6- Desde la gestión de la Superintendencia; ¿Cómo se pretende reconquistar la confianza de los chilenos respecto al sistema de salud?
Ese es el gran desafío que tiene el sistema de salud, en la medida que todos los actores cumplamos con nuestro rol. Alinearnos en la lógica de recuperar confianza. Tenemos un enorme espacio para mejorar la relación con los usuarios.
Los sistemas de salud son opacos, por su complejidad, tamaño y la cantidad de recursos que manejan; por lo tanto, avanzaríamos a medida que se mejore la transparencia, la gestión, una relación más directa con la comunidad y la capacidad para explicar las complejidades de forma sencilla.
Lo que ha hecho este gobierno al generar una institucionalidad relacionada con la cobertura de enfermedades de alto costo, a través de la “Ley Ricarte Soto”, representa un gran avance en esa línea, que se generó por medio de una comisión de ciudadanos y se han sincerado cuales son las limitaciones y las capacidades. Esta es la línea en la que debemos seguir avanzando como sistema.