El TC de Rusia aprobó la reforma propuesta por el presidente, Vladímir Putin, que le permitirá presentarse a la reelección en 2024, cuando expira su cuarto mandato presidencial no consecutivo.
Dos días después de que Putin promulgara la correspondiente ley, el TC dictaminó que todas las enmiendas se corresponden con los artículos 1, 2 y 9 de la Carta Magna (fundamento del sistema constitucional, derechos humanos, civiles y libertades, y enmiendas y revisiones de la Constitución).
El TC añade que su dictamen no puede ser recurrido, será inmediatamente remitido al presidente y entrará en vigor nada más sea publicado oficialmente.
El pasado 10 de marzo al intervenir ante la Duma o cámara de diputados, Putin puso como condición para volver a presentarse a la reelección que el TC diera su visto bueno y que los rusos en la consulta popular del 22 de abril aprobaran las enmiendas constitucionales en su conjunto.
El Kremlin especificó que "más de la mitad" de los rusos que acudan a las urnas deben adoptar la ley para que entre en vigor.
Aprobada por el TC, en caso que los rusos apoyen la reforma, Putin podrá postularse a las elecciones presidenciales en 2024 y en 2030.
Además, sorprendentemente, el TC consideró que su dictamen de 1998 en el que impidió a Boris Yeltsin presentarse en 2000 a un tercer mandato, cuando el primero (1991-96) coincidió con la adopción de la nueva Constitución (1993), no sólo no rebate el sentido de la nueva enmienda, sino que respalda esa posibilidad.
Dicha enmienda ha sido muy criticada por la oposición y un buen número de intelectuales, al considerar que es antidemocrática y permitirá a Putin perpetuarse en el Kremlin.
Lo mismo ha ocurrido con el método elegido por Putin para la consulta popular, un plebiscito y no un referéndum, que exige un mínimo de participación para que la votación sea considerada válida y permite a la oposición hacer campaña en favor del no.
El TC subrayó en sus conclusiones que la consulta convocada por el jefe del Kremlin está en consonancia con los estándares democráticos de expresión popular universalmente aceptados.
En cuanto a otras enmiendas muy controvertidas, el TC considera que incluir a Dios en la Constitución no obliga a los ciudadanos a profesar una religión y no pone en peligro que el ruso sea un Estado secular.
También apoyó la prohibición de hacer llamamientos al separatismo, aunque admitió que limita la libertad de expresión, y que los altos funcionarios tengan cuentas en el extranjero, que describió como una medida dirigida a defender la soberanía nacional.
En cuanto a la descripción del matrimonio como una unión exclusivamente entre un hombre y una mujer, matizó que eso no exime al Estado de respetar las diferentes orientaciones sexuales.
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