En días recientes, el abogado puertorriqueño Michael R. Cardona, publicó un artículo en el que destaca el vínculo entre el Derecho y el cine, sosteniendo -que este último- presenta un escenario en el que podemos aplicar diferentes técnicas de análisis, ya sean de tipo jurídico o de tipo literario.
Al respecto, el autor estima que el análisis de cine es susceptible de ser abordado desde una aplicación del Derecho a diferentes supuestos simbólicos que se puedan identificar en un filme.
En ese sentido, el artículo desarrolla un análisis a partir de la película “El espinazo del Diablo (2001)”, dirigida y escrita por el director mexicano Guillermo del Toro, destacando que es un filme que requiere ser interpretado mediante la rica y elaborada utilización de los simbolismos con los que el director nos exige que fijemos nuestra atención y pensemos más allá de lo que se presenta a plena vista.
Así, el abogado expone que el filme se nos presenta con una reflexión sobre la naturaleza de un fantasma que se basa en el uso de metáforas y símiles que evocan reacciones visuales de atemporalidad. Agrega, que los elementos de estas metáforas estarán presente a través de la película, de modo que sirvan de preludio a la historia que estará por desarrollarse.
De esa manera, hace hincapié en cómo el director nos ubica en un tiempo distorsionado y en un espacio ausente, que solo podría describirse como un desplazamiento atemporal, que se exacerba con el tono e iconografía del filme.
Por otra parte, la publicación indica que una posible interpretación al film en comento, es la referencia de que la España republicana fue dejada sola, al no contar con apoyo internacional gracias a la política de no intervención; mientras que el bando franquista contó desde un principio con el apoyo de la Alemania nazi, el Portugal salazarista y la Italia fascista; en consecuencia, el bando republicano contó con el apoyo tardío de la Unión Soviética, las Brigadas Internacionales y México.
En relación a lo anterior, el autor hace presente cómo la violencia genera un ciclo de más violencia en los niños. Así, señala que la guerra es un evento violento y terrible condenado a repetirse una y otra vez, por lo que cambia a las personas: el recuerdo/fantasma de la violencia.
Por otro lado, desde una perspectiva de Derechos Humanos Internacional, el artículo expone que, este evento muestra la necesidad de leyes protectoras de los niños en casos violentos, en particular aquellos que pasan por traumas de guerra; resultando necesario -a su parecer- para cerrar los ciclos de violencia en los que están sumidos los niños que viven en o cerca de frentes bélicos.
De ese modo, el abogado concluye manifestando que el filme es un microcosmo de la España durante la Guerra Civil que nos lleva a reflexionar sobre los efectos de la guerra, y la moraleja de la historia es que el verdadero peligro no son los fantasmas (recuerdos), sino la violencia y la avaricia de los hombres.
Vea texto íntegro de la publicación.
RELACIONADO
*Cine y Derecho. "El Chacal de Nahueltoro. Una revisión"…