Frente a la autorización del uso de fuerza militar propuesta por el senador Corker para sustituir las autorizaciones de 2001 y 2002, Daphne Eviatar, directora de Seguridad con Derechos Humanos de Amnistía Internacional Estados Unidos, declaró que “desde 2001, Estados Unidos viene actuando como si el mundo fuera un campo de batalla permanente, a costa de miles de vidas, incluidas las de gran número de civiles”.
Agrega que “pese a esto, el Presidente Trump ha ampliado, según parece, la autoridad para realizar ataques aéreos fuera de zonas de guerra y ha expresado una indiferencia escandalosamente insensible hacia las víctimas civiles”.
Luego sostiene que “lo último que necesita el Presidente Trump es una autorización indefinida renovada que le dé un cheque en blanco para perpetuar una guerra sin fin, que es exactamente lo que representa el proyecto de ley propuesto”.
Así, manifiesta que “no sólo no debe ir más lejos este proyecto de ley, sino que además, deben revocarse las autorizaciones anteriores. Su interpretación aparentemente ilimitada ha provocado una violación generalizada de derechos humanos, desde detenciones indefinidas hasta torturas y ataques ilegítimos con drones. Si el Congreso no corrige esta situación, repetirá los errores de la autorización original y será responsable de nuevos abusos”.
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