El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a España, esta vez por vulnerar, según sus jueces, la libertad de expresión e ideológica de dos jóvenes independentistas catalanes que quemaron una foto de los Reyes en 2007.
Su caso fue minuciosamente valorado por el Tribunal Constitucional español, que ratificó la condena con argumentos exactamente opuestos a los del Tribunal europeo. Las libertades de expresión e ideología no son absolutas, ni habilitan al ciudadano a manifestarse sin atenerse a límite alguno. Como declaró el Tribunal Constitucional, en la conducta de los condenados hubo una clara incitación al odio y a la violencia, como se ha demostrado rigurosamente con el paso de los años. Los Estados, a través de sus Parlamentos, tienen derecho a fijar límites a las libertades cuando está en juego el interés general y esa limitación es proporcional, justificada y necesaria.
Quemar una foto de los Reyes no es un ejercicio inocuo del derecho a protestar o a provocar para llamar la atención, como dicen los jueces europeos, sino una invitación a la discordia civil, al enfrentamiento ciudadano y a la ofensiva antidemocrática. Los Reyes encarnan la Constitución, la nación española, las libertades democráticas y los derechos fundamentales. Quemar su retrato es una ofensa a la democracia, porque en España, la Corona y la democracia representan lo mismo, algo que quizá no sepan estos seráficos e ignorantes jueces europeos de nacionalidades sueca, serbia, suiza, andorrana, chipriota, eslovaca y… Luis López Guerra.
La sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha llegado a la prensa internacional. The New York Times recoge parte de la condena del Tribunal de Estrasburgo a España por imponer una pena de cárcel a dos manifestantes que quemaron la foto de los reyes en 2007.
El periódico estadounidense en su artículo apunta que la decisión del Tribunal Europeo llega en un momento en el que España "ha enfrentado una serie de desafíos a la libertad de expresión tanto de los usuarios de las redes sociales como de los raperos y otros artistas" y explica que muchos de estos han sido condenados por las modificaciones del Gobierno de Rajoy en 2015 sobre el "delito de enaltecimiento del terrorismo".
Además, The New York Times ahonda en el contexto en el que se produjo "el caso de protesta" de Enric Stern y Jaume Roura, cuando todavía "el secesionismo catalán aún era un movimiento político marginal".
También, recuerda que Amnistía Internacional también ha condenado a España esta semana por "aumentar la autocensura y un efecto de enfriamiento más amplio sobre la libertad de expresión en España" en las redes sociales con el delito de enaltecimiento del terrorismo a través de un informe, Tuitea si te atreves.
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