La Cámara de Diputados aprobó las modificaciones del Senado al proyecto de ley que posterga hasta el 2026 la entrada en vigencia de la nueva estructura curricular, de seis años para la educación básica y seis años para la educación media.
Al efecto, caber recordar que la postergación se relaciona con la necesidad de adecuar infraestructura, aún incompleta; mejorar la especialización del plantel docente y la aplicación de las nuevas leyes en materia educacional.
Este nuevo orden de los cursos de enseñanza básica y media busca facilitar a las y los estudiantes una trayectoria escolar de calidad, para que puedan ingresar y egresar de un mismo establecimiento sin necesidad de cambiarse al pasar a la enseñanza media. Además, se pretende contar con profesores especialistas en todas las asignaturas desde lo que hoy es séptimo básico y que pasaría a ser primero medio, permitiendo una trayectoria más especializada desde una edad más temprana.
El Senado incorporó una norma que dispone que las bases curriculares tendrán una vigencia mínima de seis años. Sus modificaciones y actualizaciones deberán incorporar, a lo menos, procesos de diagnóstico, consulta, evaluación y retroalimentación. Con todo, en casos fundados, podrán introducirse actualizaciones o ajustes a asignaturas, o a especialidades de la modalidad técnico profesional, en un período inferior al señalado anteriormente.
Finalmente, cabe señalar que se había definido que esta nueva estructura comenzara a regir en 2018. Sin embargo, por la complejidad del proceso, el tiempo se hizo insuficiente, puesto que es necesario readecuar alrededor de 2.420 establecimientos municipales y 1.175 particulares subvencionados que imparten enseñanza básica completa, además de 374 establecimientos municipales y 241 particulares subvencionados que sólo imparten enseñanza media completa.
Vea texto íntegro del proyecto, discusión y análisis.
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