Por unanimidad, la Cámara de Diputados aprobó una resolución que busca homologar los beneficios de alimentación que poseen los establecimientos educacionales, a los alumnos del nivel mayor de las escuelas especiales de lenguaje.
El texto indica que en las últimas décadas, la matrícula de los estudiantes con distintas necesidades educativas especiales en el sistema escolar ha crecido de manera importante. Entre 1995 y 2012 con un crecimiento de niños/as con trastornos específicos del lenguaje, que pasaron de más de 8 mil en 1996 a más de 100 mil en 2012, lo que constituye un crecimiento de 1.250% en sólo 15 años.
Las escuelas especiales de lenguaje atienden niños desde el nivel medio mayor (3 años) hasta el kínder (5 años, 11 meses). De la cantidad de alumnos atendidos, sólo los menores de los niveles de transición tienen derecho a la alimentación que considera desayuno, almuerzo, once y, en algunos casos, tercera colación, beneficiando a alumnos de familias del programa Chile Solidario.
Sin embargo, los niños de Nivel Medio Mayor (entre 3 y 4 años) no son beneficiarios del Programa de Alimentación Escolar, PAE, pese a que gran parte de ellos son considerados como vulnerables o prioritarios, y teniendo en cuenta que, dicha edad es crucial para el desarrollo de capacidades cognitivas y sociales.
Los diputados indican que esta discriminación solo afecta a estas escuelas, ya que los alumnos Junji e Integra sí se alimentan en sus establecimientos.
“Esta situación vulnera los derechos esenciales y el principio de igualdad ante la ley de los niños y niñas de este nivel, ya que si dos hermanos asisten a la escuela de lenguaje, uno en nivel medio mayor y otro en pre Kínder, ¿cómo se le explica que uno puede almorzar y el otro no?”, argumentaron.
Además el texto propone que se considere en el actual sistema de postulación a los colegios (Ley 20.845 de Inclusión Escolar), visibilizar la oferta de las Escuelas Especiales de Lenguaje, de manera que existan como una alternativa válida, eficiente y cercana para aquellos padres que necesiten solucionar el problema de lenguaje de sus hijos, mostrando también sus proyectos educativos.
La propuesta fue planteada por los diputados Espinoza, Nuyado, Leiva, Cicardini, Girardi, Torres, Hernando, Cariola, Santana y Soto.

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