La adicción es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación, y si tal concepto lo proyectamos a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), esto es, al conjunto de tecnologías desarrolladas para gestionar información y enviarla de un lugar a otro -Internet y teléfonos móviles-, podemos definir la adicción a las TIC como su uso compulsivo, repetitivo y prolongado con incapacidad para controlar o interrumpir su consumo y con consecuencias sobre la salud, la vida social, familiar, escolar o laboral.
Hoy la mayoría de los hogares tiene televisión, computador y acceso a internet, y casi toda la población cuenta con un teléfono móvil. El uso de esos dispositivos es porcentualmente alto, en especial entre los jóvenes que son activos participes en las redes sociales.
El uso desmedido y sin control de las nuevas tecnologías ha originado el surgimiento de nuevos trastornos y enfermedades, tales como: el estrés visual, sordera, el insomnio, las patologías cervicales, entre otras, todas la cuales se vinculan –en gran medida- con el uso excesivo de Internet y de las redes sociales.
Conceptos como la “nomofobia” -no mobile phone phobia- o pánico a no estar conectado por el móvil o la sensación de miedo y la angustia que padece una persona al olvidar su teléfono móvil o incluso su tablet en su casa o en la oficina, el “síndrome de la llamada imaginaria” o la alucinación de que el celular había sonado o vibrado sin que en la realidad lo hubiera hecho, la tecno ansiedad, o tecnostress, se han incorporado, entre otras patologías, al lenguaje común.
El “cibermareo”, palabra acuñada en la década de los 90 cuando aparecieron los primeros dispositivos de realidad virtual y que hace referencia al mareo que sienten los usuarios de aparatos de realidad virtual, también es un síntoma surgido del uso intensivo de estos dispositivos electrónicos.
Otra patología diagnosticada con cierta frecuencia es lo que se ha venido en denominar “Efecto Google”, el cual se produce cuando nuestro cerebro se niega a recordar información como consecuencia de la posibilidad de acceder a ella en cualquier momento. ¿Para qué aprender algo de memoria si los buscadores nos permitirán encontrar cualquier dato cuando lo necesitemos? El problema es que esta enfermedad pueden padecerla no solamente los que no tienen ganas de memorizar, sino que todos los usuarios de Internet son susceptibles de sufrirla.
La “Cibercondría” es otro de los efectos que ha traído consigo Internet. La sufren quienes se convencen de que padecen alguna o varias enfermedades de cuya existencia se han enterado principalmente mediante su consulta en Internet. El problema es que una persona puede empezar a encontrarse realmente mal a causa del “efecto nocebo”, que es justamente lo contrario al llamado “efecto placebo”.
Desde el punto de vista médico los males derivados de las nuevas tecnologías se catalogan de la siguiente manera:
1.- El dedo de Blackberry
Mensajes, redes sociales, correo electrónico. Sin darnos cuenta, pasamos horas tecleando en el celular y este hábito puede desarrollar sobrecargas en la base del dedo pulgar, lo que puede derivar en el denominado “dedo de BlackBerry”, anteriormente conocido como la artrosis de las costureras.
2.- Síndrome del túnel carpiano
El ratón con el que trabajamos o jugamos en el computador puede producir el síndrome del túnel carpiano, una lesión que hasta la llegada de las nuevas tecnologías sólo se veía en personas mayores. La adopción sostenida de una mala postura con la muñeca puede provocar este síndrome del túnel carpiano, que se manifiesta a través de fuertes dolores en la muñeca y/o en la palma de la mano cuando se lleva mucho tiempo en el ordenador.
3.- Codo de tenista
La mala postura por el uso de computadores puede derivar en el codo de tenista, especialmente causada por un mal uso del ratón, pues al mantener la posición sostenida de la muñeca levantada hacia arriba puede producir rasgamientos en los extensores de la muñeca.
4.- Estrés visual
El tiempo que se pasa delante de dispositivos electrónicos, como televisión, tabletas, celulares y libros electrónicos genera estrés visual y hace que los ojos se resequen mucho. Si se está habitualmente muy cerca de la pantalla se puede desarrollar vista cansada y/o miopía, especialmente en el caso de los más pequeños.
5.- Obesidad infantil y juvenil
Aunque los niños pueden desarrollar algunas facultades importantes gracias a las nuevas tecnologías (videojuegos que proporcionan mayor habilidad psicomotriz, aumentan los reflejos, estimulan el razonamiento lógico y la capacidad de decisión, etc.) su principal efecto es que evitan al máximo cualquier tipo de actividad física por su constante interés en el juego: todas esas horas frente a la pantalla (unido a la comida chatarra) aumentan la obesidad infantil y, por tanto, el riesgo cardiovascular.
6.- Insomnio
El uso de dispositivos electrónicos como tablets, celulares y aplicaciones de mensajería, o televisión justo antes de dormir dificulta la conciliación del sueño, no sólo por el consumo de tiempo que su uso implica sino por la luz que emiten, que reduce la cantidad de melatonina que segrega el cerebro –la hormona que favorece la relajación y la somnolencia y regula el sueño y la vigilia–, dificultando así el sueño y su calidad.
7.- Problemas de audición
La televisión, la radio, los reproductores de música, al exponernos excesivamente al sonido pueden dañar los oídos, pero el mal uso de los aparatos electrónicos de reproducción de música con auriculares (Mp3, smartphones) que llegan a alcanzar elevados niveles de sonido nos expone a un peligro para nuestra audición cuando los decibeles son excesivamente altos durante un tiempo prolongado.
8.- Infertilidad
Llevar el móvil siempre en los bolsillos del pantalón o utilizarlo demasiado, así como trabajar asiduamente con el ordenador portátil en las piernas (aumentando la temperatura de los testículos, podría reducir la producción de esperma y alterar su movilidad), lo que puede afectar negativamente a la calidad del semen y, por lo tanto, a la fertilidad de los hombres.
9.- Adicción
El uso desmedido de videojuegos puede intensificar el riesgo de que niños y adolescentes se enfrenten al aislamiento social, adquiriendo una adicción a las pantallas. Algunos de los síntomas de alerta son: dificultad para conciliar el sueño por la sobre activación del cerebro, y el síndrome de abstinencia, que está ligado a la ansiedad, la irritabilidad y la ira. Algunos, incluso, llegan a confundir el mundo virtual con el real, y su vida social disminuye porque ya no quieren ir al parque o los más grandes salir con amigos.
Se debe crear conciencia entonces que el uso y el abuso en la utilización de las nuevas tecnologías puede traer muchas y complicadas enfermedades en el futuro y el legislador debiera arbitrar límites ponderados para prevenirlas. Fuente: confilegal.com
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