El Centro de Estudios Públicos (CEP), en su sección Puntos de Referencia, publicó “Desigualdades laborales. El empleo y la calificación de la mano de obra en Chile”.
El documento expone que son conocidas las grandes diferencias salariales entre personas de distinto nivel de calificación. Sin embargo, cuando se piensa en las condiciones laborales, son muchas otras variables las que también entran en juego.
El trabajo indaga en las siguientes preguntas: ¿En cuántas de éstas se encuentran peor las personas menos educadas? ¿En cuáles las diferencias son mayores? ¿Cómo ha evolucionado la inserción laboral según el nivel de estudios? Las respuestas a éstas, se señala en el texto son preocupantes, ya que dejan en evidencia las muchas desigualdades en el empleo de personas de alto y bajo nivel de calificación.
Se comprueba en el documento que, “conforme aumenta el grado académico de los individuos, mayores son sus tasas de participación y ocupación, mayores son sus ingresos laborales, suelen trabajar en jornada completa y con menor probabilidad de hacerlo más de nueve horas al día, es más probable que tengan contrato, que trabajen de forma dependiente y que realicen cotizaciones previsionales. También, es más probable que trabajen en el sector público, en relación a quienes son menos calificados; y que se desempeñen en empresas de mayor tamaño”.
De esta forma el trabajo expone un problema, que es que en la mayoría de los casos quienes presentan carencias en alguna de las dimensiones de sus condiciones laborales, al mismo tiempo las evidencian en varias otras. Es así como se observan casos extremos en donde hay trabajos de muy buenas condiciones y otros sumamente precarios, indica.
Finalmente, este documento también posee un foco secundario, centrado en poder entender de mejor manera cómo se explican los niveles de desempleo contenido o moderado que se han observado últimamente, a pesar de la desaceleración económica existente. Hecho que, como se dice en el texto, ha mantenido en intriga a varios economistas en el último período. Se señala que un aumento de la cantidad absoluta de inactivos no parece ser la mejor hipótesis para explicar el fenómeno. En cambio, se sugiere en el documento tener en cuenta que: (i) han existido leves aumentos del porcentaje de la población en la fuerza laboral que podrían estar ocultando un aumento en el número de desempleados, siendo que estos incrementos probablemente han sido absorbidos por la categoría de ocupados; y (ii) que las empresas sí serían sensibles al menor crecimiento, pero harían sus ajustes vía salarios y no vía despidos.
Vea texto íntegro de la publicación.
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