La Sala del Senado aprobó –con 16 votos a favor, 6 en contra y 5 abstenciones- la idea de legislar el proyecto de ley que fija porcentajes mínimos de emisión de música nacional y de raíz folklórica oral a la radiodifusión.
En la ocasión, el debate estuvo marcado por la defensa de la identidad nacional y los potenciales problemas de constitucionalidad de la norma, particularmente respecto a la vulneración de la libertad de programación radial, su línea editorial y el rol del Estado.
En este sentido, el presidente de la Comisión de Educación, senador Rossi, manifestó que esta iniciativa apunta a contar con un mecanismo de acción positiva para promover lo nacional. Asimismo, precisó que se incorporó en el proyecto que los artistas emergentes estén consignados en la programación, al menos en un 25%, medida que fue ampliamente respaldada por los legisladores.
En cuanto a la constitucionalidad de algunas normas consagradas en el nuevo cuerpo legal, el senador Larraín señaló que la Carta Fundamental consagra la libertad de emitir opiniones sin censura previa, pero también nos indica que el Estado está al servicio de la persona (…) con el fin de lograr la realización espiritual y material posible, y ello apunta al corazón de la identidad cultural”.
A su turno, la senadora Von Baer discrepó de la obligatoriedad de difundir un 20% de música nacional, por cuanto “se atenta la libertad de expresión cuando se establece una norma, un porcentaje y se ponen limitaciones, imponiendo además un punto de vista”.
Por su parte, el senador Letelier recordó que el espacio electromagnético es de todos, por lo que las concesiones deben revisarse, especialmente las radiales. Reparó en que las radios locales son las que más música nacional emiten, por lo que defienden la identidad local. Arguyó al efecto que “el gran debate que se suscita, radica en los intereses económicos, debido a que se reduce en gran medida al derecho de propiedad”.
Finalmente, el senador Girardi calificó como “cultura individualista” lo que sucede en nuestro país, donde se minimiza la importancia de la educación y la cultura. “No existe una política cultural ni una protección del patrimonio. Chile entiende que el desarrollo se traduce en variables económicas exclusivamente, pero nos olvidamos del ser humano”.
Corresponde ahora que la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, comience el análisis de las indicaciones presentadas hasta el 30 de junio.
Vea texto íntegro de la moción, discusión y análisis.
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