En una columna publicada recientemente, el abogado Juan Gonzalo Ospina entrega 5 consejos prácticos que todo estudiante de derecho debe saber antes de comenzar a ejercer.
1. Mañana ya es tarde
Vivimos en un mundo cambiante donde el tiempo es el valor diferenciador más importante que tenemos (como aliado o enemigo).
Muchos estudiantes acuden simplemente para obtener un título que más tarde colgarán en la pared, pero ¿están aprovechando al máximo su tiempo?, ¿están sembrando su futuro?
Es cierto que la universidad no deja de tener un ambiente desenfrenado, pero es uno de los pilares fundamentales de lo que seremos el día de mañana. Algunas personas se harán falsas promesas: “al terminar la universidad estudiaré idiomas”, “al terminar la universidad leeré más sobre esa asignatura”, pero no nos engañemos, con estos pensamientos lo único que conseguimos es desaprovechar el valor más preciado que teneos; nuestro tiempo.
Mi consejo no es ninguna novedad: “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Sin embargo, incluyo algunos matices: Para triunfar mañana, en un mundo como el de hoy, tienes que ser diferente y para ser diferente tendrás que saber idiomas. ¿Por qué cerrarte a diferentes mercados sólo por no hablar un idioma que otro compañero si domine?
Otro consejo que recomiendo empezar a practicar desde hoy, es leer. No sólo los textos recomendados en las asignaturas, sino libros de habilidades sociales, de excelencia, de liderazgo o negociación.
Consejos formativos si eres estudiante de derecho
En esta vida todo suma y cuanto antes lo entiendas, antes mejorarás tus aptitudes y tendrás una ventaja comparativa.
Por último, aprovecha todas las oportunidades que puedas para ampliar tu educación: apúntate a los programas, cursos o talleres que se realicen en la universidad pero no te limites a ésta, explora oportunidades en otras instituciones, incluso en las internacionales.
Recuerda que vives en un mundo global, todo cambio es pequeño y la excelencia sólo se alcanza con preparación.
Los colegios de abogados también desarrollan muchos cursos, algunos abiertos a no colegiados. Apúntate a ellos y obtén su título, toda ayuda para mejorar la formación cuenta.
Tampoco dudes en participar en concursos; los despachos están constantemente buscando gente capaz y diferente. Un premio universitario siempre será una ventaja a tu favor.
2. Trabaja la oratoria
En derecho, nuestra arma y principal herramienta es la palabra. ¿Cuántos libros de oratoria has leído?, ¿cuántas clases de oratoria has tenido?, ¿cuántos simulacros judiciales has celebrado?
Practica el don de la palabra como si fuera tu último fin en la vida, y en la abogacía. El qué y cómo son casi igual de importantes o más que el fondo.
En la palabra tenemos un aliado para dominar nuestro mensaje, por ello, practica constantemente tus posibilidades de hablar en público y apúntate a cursos o talleres de formación.
Si te cuesta hablar delante de la gente, tendrás que entrenarte el doble, prueba con el teatro o incluso clases de expresión oral. Muchas universidades tienen equipos de oratoria.
Un buen abogado no puede ser un desconocido de la oratoria, por el contrario, la debe dominar. Les recomiendo especialmente clásicos como Cicerón.
3. Sé diferente
La universidad es la antesala del mundo profesional que nos rodea. Si te gusta el derecho, aun con sus diversas y variadas ramas, mi consejo es ser diferente. Todos utilizan las redes sociales pero, ¿tienes un perfil o una página profesional?
Lee revistas y diarios jurídicos, conoce el sector, identifica el mundo legal, sus oportunidades y deficiencias.
Crea un blog y trabaja tu marca personal escribiendo sobre un tema que te entusiasme y al mismo tiempo permita marcar la diferencia.
4. En el directo no hay segundas oportunidades
En la vida real, el directo del día a día es mucho más cruel que cuando se suspende un examen que poco después aún podemos recuperar.
Cuanto antes comprendamos que tenemos que preparar todas y cada una de nuestras actuaciones al máximo, antes creceremos y mejoraremos.
Desde la universidad tienes la oportunidad de dar a conocer tu nombre; trabaja tu legado, cultiva la opinión de tus profesores y tu imagen frente a tus compañeros.
La vida es muy larga y quienes hoy son meros compañeros de clase, no será difícil que mañana sean compañeros de profesión como parte contraria, jueces o fiscales. ¿No será más fácil cerrar un pleito con un conocido? No desaproveches la oportunidad de hacerte oír en la universidad y fortalece tu futuro.
Por último, recuerda la importancia de la empatía; ponte en los zapatos del contrario para entenderle, y poder interaccionar con él dando lo mejor de ti.
5. La mediocridad se olvida, el éxito se inmortaliza
Mi último consejo es muy obvio y repite la teoría de ser diferente; no seas del montón. Marca la diferencia desde el principio.
Muchas veces pensamos que los exámenes no importan, que las notas no son importantes, y la verdad que no lo son todo, pero sí que tienen su valor. La universidad es el pilar del mañana, si lo desaprovechas, si no memorizas o estudias, ¿cómo tendrás los principios jurídicos para ejercer la profesión?
¿Qué estás haciendo para ser diferente? ¿Qué estás haciendo para construir tu futuro? Vive con intensidad tu etapa universitaria, una vez transcurrida nunca volverá. “No te limites a pasar por la universidad sino haz que la universidad pase por ti”.
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